Impulsar la creación de nuevas empresas sociales y lograr un impacto positivo en el entorno. Esos son los objetivos que persigue Social Nest, el primer ‘hub’ o punto de encuentro entre emprendedores, ideas y proyectos de índole social de la Comunidad Valenciana. Su fundadora, la ingeniera Margarita Albors, se encontraba estudiando en la Universidad de Harvard cuando observó el problema de las personas sin hogar. Por ello, en 2010 volvió a España para reunirse con personas con su mismo interés en generar empresas sociales. Así, en 2010 nació oficialmente esta fundación de carácter innovador
En un mundo empresarial cada vez más concienciado y responsable, existen buenas ideas que aún no han visto la luz por falta de asesoramiento, financiación o información. Para suplir estas carencias y que se puedan llevar a cabo, nació en 2010 Social Nest, el primer punto de encuentro para el impulso de empresas sostenibles de la Comunidad Valenciana. Su fundadora, la ingeniera valenciana Margarita Albors, recuerda que lo que la hizo dar un paso para ofrecer una solución práctica a los problemas de a su alrededor, fue el plantearse por qué existe la desigualdad de oportunidades mientras cursaba un Máster en la Universidad de Harvard en 2008.
Así, decidió dialogar con personas en su misma situación y combinar sus conocimientos y recursos para crear una asociación de empresas sociales. Tras instalarse en el Parque Científico de la Universidad de Valencia, en 2015 deciden convertirse en fundación e inaugurar su propio espacio, The Nest, donde cada día hay actividades para que sus usuarios logren sus fines.
PROGRAMAS DE AYUDA
Entre los proyectos que soporta Social Nest se encuentran aquellos relacionados con la salud, la educación, los derechos humanos, la participación ciudadana, el desarrollo económico y el medio ambiente. Desde su nacimiento hasta el presente ha logrado apoyar a más de 50 emprendedores inmersos en 30 proyectos diferentes y fuera de sus programas oficiales han sido muchos más. Mediante actividades de formación, networking y mentoring, los emprendedores que acuden a The Nest pueden lograr la forma de convertirse en una empresa social.
Social Nest cuenta con tres programas para la asesoría, que están dirigidos a distintos proyectos según su estado, ya se encuentren en la fase de idea, de validación o de crecimiento. El primero de ellos, llamado ‘Departure Lab’, es un programa intensivo de corta duración para obtener la validación necesaria para el modelo de negocio de empresa social y que con ella se pueda dar forma y salida al plan original. El segundo, ‘Driving Program’, es un programa de incubación con formación en áreas específicas y necesarias para la supervivencia de la entidad, como son el marketing o las ventas, y su objetivo principal es que la persona interesada pueda conseguir la financiación que necesita. Por último, ‘Advanced Focus’ es un programa de aceleración que se centra en el momento en que la empresa social ha comenzado su puesta en marcha. En él se ofrecen técnicas para que su crecimiento sea firme y sostenido en el tiempo.

PROYECTOS ORIGINALES
Para Margarita Albors, “los problemas a los que se enfrentan las empresas sociales son muy similares a los de cualquier otra empresa, pero a ello se le suma la dificultad de perseguir un impacto positivo”. Sin embargo, el empuje que muestran aquellos que acuden a Social Nest es digno de mención. En este sentido, la fundadora destaca que personalmente sus estudios de Ingeniería le han aportado a la hora de ”trabajar de manera pragmática, analítica y a tener resiliencia y capacidad de esfuerzo”, conceptos clave durante el emprendimiento.
Destacan entre la multitud de proyectos que han pasado por Social Nest, algunos de ellos por su creatividad y viabilidad, y aquellos que además están relacionados de forma directa con la tecnología o la Ingeniería. Como ejemplo se encuentra Solaris Offgrid, una solución ideada para suplir la falta de acceso de energía en zonas rurales de África mediante baterías que se recargan con la luz solar. Este proyecto internacional ha conseguido proveer de luz a más de 10.000 personas.
Otros igual de interesantes son Rithmi, una start up que desarrolla un wearable para la detección de arritmias y prevención del ictus; o el montaje del ‘ecobarrio’ La Pinada que se construirá a las afueras de Valencia y ha sido elegido por Europa como el único barrio español que lucha contra el cambio climático.
PARTNERS
La colaboración con distintas entidades que confían en los proyectos auspiciados por Social Nest, los llamados ‘partners’, suponen un aval para las personas que deciden formar parte del emprendimiento social. En esto juega un perfil clave la selección de las ideas a desarrollar por parte del punto de encuentro. “Nosotros buscamos a personas totalmente comprometidas con sus visiones y con un espíritu emprendedor. Somos conscientes de que apoyamos a proyectos en fases muy tempranas, pero asumimos el riesgo”, señala Albors. Y es que, el foco de Social Nest, indica, son las personas. Esta pasión hace que el setenta por ciento de quienes recibieron apoyo en The Nest sigan trabajando en sus ideas. Respecto a sus colaboradores habituales, entre ellos se encuentran empresas como La Caixa, Aquaservice, Actiu, Caixa Popular, Ética Patrimonios o Garrigues, entre otras.
RETOS
La divulgación del concepto de emprendimiento social es uno de los planes de Social Nest. En palabras de su fundadora, no hay más reto que el desconocimiento, en referencia a hacer saber que hay otras formas diferentes y posibles de hacer negocios y mejorar el entorno.
Al mismo tiempo, recuerda que es necesario incidir en la importancia que tienen los proyectos sociales desde la educación. “El mundo al que nos enfrentamos requiere de más personas preocupadas por aportar soluciones”, critica Margarita Albors. Pero aún así, esto es un estímulo más para Social Nest y las personas que buscan con ella generar una economía sostenible.