Nacho Llovet: “Si quieres ser deportista, por supuesto, persigue tu sueño y ve a por ello, pero no tienes por qué sacrificar los estudios, sino solo esforzarte un poco más”

Entrevista a Nacho Llovet Camp, ingeniero industrial y jugador profesional de baloncesto.

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Ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña. A curso por año, ha sabido compaginar la carrera de Ingeniería Industrial con el sacrificio de un jugador profesional del baloncesto. Con tan solo 27 años ha ayudado a ganar multitud de partidos, habiendo jugado en el Club Joventut de Badalona y, actualmente, en el Monbus Obradoiro. 

¿Cómo se cruzaron en su vida mundos a priori tan dispares como el baloncesto y la Ingeniería Industrial?

Cuando era muy pequeñito comencé a jugar a diferentes deportes en el colegio. Sin embargo, mi hermana mayor, mi hermano y mi padre jugaban o habían jugado siempre al baloncesto. Por esa razón, cuando llegué a cumplir 8 o 9 años y ya me tocaba elegir un deporte, lo tuve muy claro. Fui creciendo con el baloncesto y entrar en la Penya supuso un salto a otro nivel.

A los 18 años apareció el tema de la ingeniería, ya que antes no estaba tan claro. En ese momento, la carrera pasa a ser casi una prioridad en mi vida puesto que, debido a su dificultad, no veía un futuro en el baloncesto.

Cuando de repente se planteó la posibilidad de ser profesional, el baloncesto pasó a primer lugar, sabiendo que la dificultad no solo residía en llegar, sino también en mantenerse. Tuve la suerte de poder compaginar los estudios con el deporte y terminar la carrera a la vez que seguía jugando como profesional.

¿Qué nexos encuentra entre la Ingeniería y el baloncesto?

El nexo más claro es la capacidad de esfuerzo y de trabajo en equipo. En Ingeniería si no te pones las pilas en los exámenes, no nos ayudamos los unos a los otros o no eres capaz de sacrificar muchas cosas para estudiar, no la sacas. Y con el baloncesto ocurre lo mismo. Si no trabajas en grupo ni te exiges al máximo, no lo puedes sacar.

¿Cree que sus estudios le influyen en el baloncesto?

Creo que sí, sobre todo en esa etapa en la que alternaba el deporte con los estudios. Por una parte, era una carga, pero, por otra, una liberación. Despejabas un poco la mente, te centrabas en otra cosa que no fuera el baloncesto y viceversa. A veces estás muy colapsado estudiando e irte a entrenar te ayuda muchísimo.

Desde mi punto de vista, tener la mente activa y despierta es muy importante. A fin de cuentas, el baloncesto, aparte de ser un deporte muy físico, es también táctico y para gente con agilidad mental, por lo que tener la mente despierta es bastante positivo para el deporte.

¿Cómo compaginó la carrera de Ingeniería Industrial con la práctica profesional deportiva?

Con mucho esfuerzo y dedicación, sabiendo que habría momentos muy delicados, sobre todo en los exámenes de enero. Los que teníamos en junio se llevaban mejor porque la temporada había terminado, pero en enero estabas en plena temporada.

Tienes que tener la capacidad de sacrificio y ser consciente de que en ese mes y medio no hay nada más que estudiar, entrenar y jugar. Reunirme con mis compañeros de clase me ayudó muchísimo, ellos fueron un punto clave para conseguirlo. Me pasaban apuntes, me ayudaban con los trabajos y los estudios.

Luego tocaba encerrarse, estudiar y seguir para delante. Cuando se me presentó la oportunidad de ser profesional del baloncesto fui capaz de no abandonar los estudios, aunque hubiese sido la opción fácil. Decidí seguir en el día a día y, si el deporte no me lo permitía, siempre tenía la opción de frenar e ir poco a poco. Conseguí sacarlo.

¿Qué consejo le daría a un estudiante que se encuentra inmerso en algún deporte?

Habría que diferenciar si es a nivel profesional o no. El primer consejo es que hay que tener la cabeza fría y saber que los estudios son una opción segura, son un camino de vida que te asegura tener una carrera, y optar a un empleo y un futuro. El deporte, por mucho que sea nuestra pasión, es un camino difícil y muy incierto. Aun así, también siempre digo ‘persigue tus sueños’. Si quieres ser deportista, por supuesto, ve a por ello, pero no tienes por qué sacrificar los estudios, sino solo esforzarte un poco más.

¿A qué cree que se debe su salto cualitativo durante su tercer año con el Monbus Obradoiro?

Este año me estoy encontrando muy bien. Es la tercera temporada con varios compañeros y el mismo cuerpo técnico. El hecho de estar muy instaurado e integrado en la filosofía del equipo ayuda también mucho. A nivel físico, estoy pasando una buena etapa, fuera de esas molestias típicas, lo cual es un aspecto importante. El trabajo en verano, tanto físico como técnico, ayuda. La madurez que te da ir sumando temporadas y partidos en la Liga Endesa te hace ir tomando mejores decisiones. Al final, todo suma para seguir rindiendo mejor y ayudar al equipo a ganar partidos, que es el objetivo principal.

¿Qué diferencia existe entre jugar con su equipo en la liga ACB y hacerlo con la Selección Española?

Con la Selección vas una semana, solo tienes tres días para entrenar, con compañeros y sistemas nuevos en ataque y defensa. Consiste en el reto de adaptarse a una filosofía de baloncesto diferente, compañeros que juegan diferente y con los que te tienes que entender. Es muy bonito. Nos lo pasamos bastante bien, es un grupo muy majo en el que nos entendemos todos. Tener esa química ayuda en la pista. Existe una motivación e ilusión general con la que va todo el mundo a esta selección, aún sabiendo que no le garantiza a nadie ir al Mundial. La selección nos ofrece la oportunidad de enfrentarnos a rivales de mucha categoría, algo que en ligas nacionales no suele ocurrir.

Además de jugar en el Obradoiro y con la Selección, ¿lleva a cabo algún otro proyecto personal?

Al finalizar la carrera, la temporada pasada hice un curso de finanzas online que terminé. No me llegó a convencer la filosofía con la que funcionaba la Universidad y dejé pendiente de hacer otros módulos.

En este momento, estoy probando con un curso de programación. Creo que es clave intentar no parar, tener la mente activa e ir buscando otras cosas que te interesen, que al final es lo importante.