¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la Ingeniería?
Elegí el camino emprendedor como opción al terminar mis estudios de Ingeniería Industrial, creando una empresa de Ingeniería vinculada al sector de las instalaciones industriales y residenciales. Fue una etapa que me obligó a adquirir rápidamente nuevas destrezas y competencias, imprescindibles para afrontarla con éxito. Tras este primer periodo, y ya en el año 2013, me incorporé a la plantilla del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales del Principado de Asturias.
¿Qué destacaría de toda su trayectoria profesional, sobre todo como ingeniero?
Solo cuento con una trayectoria profesional de 13 años a mis espaldas, pero quizás el denominador común ha sido la pasión y entrega con la que durante todos estos años he afrontado los retos y, sobre todo, la enorme cantidad de excelentes profesionales y amigos con los que he podido compartir esta apasionante profesión.
A lo largo de su carrera laboral, ¿qué cambios ha vivido la profesión del ingeniero y cómo le han afectado?
Durante estos años, han sido muchas las cosas que han ido pasando y que de un modo u otro han afectado a nuestra profesión: cambios normativos, crisis económica, etc. Si tengo que destacar uno por encima de todos, me quedaría con la nueva civilización digital, que ha dado paso a la denominada Industria 4.0 o 4ª revolución industrial. Esto supone un nuevo reto y una gran oportunidad para nuestra profesión, la cual ya ha sido un referente en las anteriores revoluciones industriales y estoy seguro de que lo será en esta, sobre todo porque nuestro conocimiento multidisciplinar dentro de la empresa (gestión, finanzas, producción, mantenimiento, energía…), unido al aprendizaje de todas estas nuevas tecnologías que trae consigo la digitalización, nos convierten en los profesionales más adecuados para liderar y llevar a buen puerto la necesaria transformación digital de las empresas.
Como director técnico del Colegio de Ingenieros Industriales del Principado de Asturias, ¿cómo ayuda a impulsar la Ingeniería Industrial?
Nuestra obligación como colegio profesional es, entre otras, el de ser garante del correcto desarrollo profesional de nuestros colegiados. Los colegios profesionales tenemos que modernizarnos, olvidarnos de la cómoda situación que hasta ahora hemos tenido y dar un paso al frente, tratando de convertirnos en un referente ya no solo para nuestros colegiados, sino también para el tejido empresarial. Para ello, tenemos que ofrecer productos y servicios de calidad que favorezcan la innovación tecnológica y la competitividad de colegiados y empresas.
También es vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Sector de la Fontanería, Calefacción, Gas, Climatización y Afines de Asturias desde hace más de una década.
¿Cuáles son los principales intereses de este grupo empresarial?
La Asociación, que cuenta ya con 25 años de historia y con más de 100 empresas asociadas del sector de las instalaciones, continúa siendo fiel a sus orígenes. Sus principales funciones siempre han sido las de dar un servicio de calidad a los asociados y lograr defender los intereses del colectivo desde una posición común.
¿Cree que su profesión está justamente valorada en España, tanto social como laboralmente?
Nuestra profesión cuenta con más de 150 años de historia y, a pesar de los altibajos, goza de una salud envidiable en niveles de empleabilidad y reconocimiento social. Nuestra sólida formación y nuestro carácter multidisciplinar y generalista siempre han sido ampliamente valorados por las empresas y la sociedad en general. No obstante, es obvio que los niveles salariales con los que se contratan a los nuevos egresados distan de los de antaño, y ahí sí creo que tenemos mucho margen de mejora.