Rafael Ruiz Bernier terminó sus estudios en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Sevilla en el año 1980. Después de cinco años de autoempleo decide formalizar la empresa que había constituido junto a un grupo de compañeros, cuyo nombre conserva a día de hoy: CONSULTEC S.A., una oficina técnica de Ingeniería que todavía continúa dirigiendo. Tras 35 años en el negocio de la Ingeniería destaca la complejidad de compaginar el ejercicio empresarial con el técnico. No obstante, afirma: “por nuestra formación académica, asumir riesgos es algo que sopesamos, medimos y evaluamos profundamente, en función de los coeficientes de seguridad que nos enseñaron a aplicar en casi todas las asignaturas de nuestra carrera”.
La compañía que representa este ingeniero senior ha pasado por diferentes etapas desde su creación. “En aquellos años 80 los proyectos se realizaban de forma artesanal. Si se piensa en el proceso, a casi todos los actuales estudiantes de Ingeniería les parecerá prehistórico: redactar el proyecto de puño y letra, entregárselo a la mecanógrafa para pasarlo a máquina y hacer posteriormente las copias y su revelado con amoniaco”, recuerda.
Durante su recorrido en el negocio de la Ingeniería ha visto aumentar considerablemente la complejidad de los proyectos, así como el reglamento que rige a la profesión, que ha cambiado radicalmente en cuestión de pocos años. Todo ello “hace que sea imprescindible la creación de equipos multidisciplinares que puedan abarcar todos los aspectos que hoy día conlleva la elaboración de casi cualquier proyecto”, expresa Ruiz.