
Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, mientras cursaba sus estudios colaboró en una asociación sin ánimo de lucro, ECI (Estudios Científicos de Ingeniería), formada y gestionada por estudiantes, en la que ofrecían servicios a empresas y formación a los alumnos. Posteriormente pasó a la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid y, a día de hoy, realiza las funciones de decano en el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid. Además, simultáneamente, ha desarrollado su carrera profesional en una start-up, Simedia, pasando por una consultora tecnológica y, finalmente, por la empresa DXC, donde continúa desde hace más de 15 años.
Ha sido elegido el pasado noviembre decano del Colegio de Madrid, ¿qué expectativas tiene puestas en este cargo?
Mi antecesora, María Teresa Estevan Bolea, tuvo que acometer la mayor reestructuración que ha vivido el Colegio en su historia reciente. Gracias a ella podemos hablar actualmente de una institución viable.
A raíz de esta modificación, desde el Colegio necesitamos personalizar los servicios para adaptarlos a los nuevos requisitos de las actuales generaciones de ingenieros industriales o de los profesionales de las empresas que pueden no sentirse identificados con el colegio profesional al que pertenecen.
¿Qué retos afronta en esta nueva andadura?
La situación económica, educativa y legislativa, tanto en España como en Europa, ha cambiado radicalmente en los últimos años. Partimos de una postura compleja tras la eliminación de la obligatoriedad del visado en muchos ámbitos, un proceso que no ha sido sustituido por otro elemento que proteja a la sociedad y a las administraciones de las acciones de personas que desarrollan proyectos sin las cualificaciones adecuadas.
Al mismo tiempo, nuestras empresas se están enfrentando a dos revoluciones simultáneas que han alterado los modelos tradicionales: la cuarta revolución industrial, o Industria 4.0, y la globalización. Por tanto, nuestros ingenieros afrontan nuevos modelos de trabajo con tecnologías avanzadas para las que no siempre están formados y una mayor movilidad geográfica, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Además de ser decano trabaja para DXC Technology. ¿Cómo compatibiliza estas dos funciones?
Creo firmemente que todos tenemos el deber de retornar a la sociedad parte de la inversión que ella ha hecho en nosotros. Un claro ejemplo de ello lo tengo en mi mujer, con convicciones y trayectoria similar a la mía. Actualmente es vocal en AIIM (Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid), evaluadora profesional en ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) y preside la Comisión de Enseñanza del Colegio, cargos que desempeña de manera simultánea a su labor profesional en la empresa fabricante de maquinaria agrícola John Deere, mientras estamos criando a tres niños.
No se trata, por tanto, de “tener tiempo”, sino de “sacar tiempo”, y los ingenieros industriales somos especialistas en logística y planificación.
¿Hay alguna actividad incipiente del Colegio que pueda dar que hablar en el futuro?
Acabamos de firmar un acuerdo de colaboración con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para la revisión técnica, por parte del Colegio de Madrid, de los expedientes de contratación de la fábrica, sometidos al TRLCSP (Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público).
La Fábrica tiene un importante volumen de contratación, por lo que le resulta bastante útil el asesoramiento realizado por ingenieros industriales expertos en cada proceso a través del COIIM. Este es solo uno de los múltiples ejemplos en el que la experiencia y el conocimiento de la normativa, por parte de los departamentos de visados de los colegios profesionales, pueden ponerse al servicio de los organismos, entidades y administraciones públicas.
¿En qué situación se encuentra la Ingeniería en Madrid?
Muchas de las grandes empresas del ámbito de la Ingeniería de nuestro país tienen su sede en nuestra región. Empresas como Técnicas Reunidas, Isolux Ingeniería, Initec Plantas Industriales, Sener, Ineco, Iberdrola Ingeniería o Eptisa, entre otras muchas, hacen de Madrid uno de los principales destinos para buscar empleo en el sector, a pesar de que, durante la crisis económica, el número de empresas de Ingeniería en el territorio español descendió en un 20%.
En referencia a los jóvenes, ¿se están llevando a cabo medidas para retener talento para que puedan trabajar en Madrid?
Nuestras Ingenierías, desde siempre, se han beneficiado del conocimiento adquirido en España en áreas como infraestructuras ferroviarias, industriales o energéticas para lograr el nivel de excelencia que les ha permitido internacionalizarse y ganar contratos muy significativos.
Estas áreas siguen siendo una buena oportunidad para que los recién egresados, trabajando en una empresa con sede en España, adquieran la experiencia que necesitan a través de proyectos internacionales y, más tarde, puedan retornar a la misma empresa, cuando aumenten nuevamente las inversiones en infraestructuras e I+D+I. Muchos de los estudios de algunas de nuestras universidades, que permiten la realización del último curso de Máster en el extranjero, van encaminados a este tipo de salidas profesionales.
También tienen en Madrid sus sedes las principales empresas de un buen número de sectores: Petróleo y Gas, Energía, Telecomunicaciones, Logística y Distribución, Defensa, Aeroespacial o Servicios, y todos ellos buscan continuamente profesionales para reforzar sus plantillas, en muchos casos con programas específicos para la incorporación directa del talento desde las universidades.