La profesora contratada en la Escuela Superior de Diseño (ESDi) Mireia Puig ha desarrollado en el marco de su tesis doctoral el trabajo ‘Design Thinking. Virtudes y defectos de una metodología de proyecto para la empresa, la formación académica y el diseño profesional’, junto a Francisco Felip, Julia Galán, Carlos García y Vicente Chulvi. Se trata de un estudio que desgrana los fundamentos teóricos de la compleja metodología del ‘Design Thinking’ para aplicarla en diversos campos y entenderla en la práctica. Su labor ha sido premiada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales (CGCOII).
El proyecto ‘Design Thinking’ comienza a partir de la curiosidad por desambiguar dicho término. ¿Por qué es tan importante desgranar este concepto?
Se juntan aquí dos cosas distintas. Por un lado, se oye el término ‘Design Thinking’ de forma frecuente y en ámbitos muy distintos, sobre todo a nivel de innovación empresarial y, según cómo, se le otorga a la metodología cierta habilidad mágica, en el sentido de que puede subsanar todos los males.
El diseño, más allá del mito del diseñador genio con grandes ideas, es una disciplina muy metódica, precisamente con una metodología de trabajo que es la base para argumentar la toma de decisiones y los progresos en el proyecto. Así que la visión de una metodología que recoge el nombre de ‘design’, pero que vende instinto innovador infalible, rápido y fácil, parece, de buenas a primeras, contradictorio.
Por otro lado, empieza a haber cierto rechazo ante el concepto de ‘Design Thinking’ porque no cumple sus promesas de innovación, y este hecho no debería traspasar al diseño en sí, capaz de desarrollar proyectos complejos e innovadores.
Nos encontramos con una metodología que lleva el nombre de una disciplina sin serlo. Cabe preguntarse cómo piensan los diseñadores para que la empresa pueda recoger su pensamiento. Ante esta complejidad y mezcla de bases metodológicas y herramientas, era preciso desgranar el término ‘Design Thinking’ para entender su naturaleza.
¿Dónde está el punto de partida que hace nacer esta idea?
Se encuentra en las bases del propio pensamiento de diseño, es decir, un tipo de razonamiento que permite trabajar de forma enfocada a la solución, ya que se ocupa de problemáticas poco definidas. Por tanto, el diseño no se preocupa de describir a la perfección ni de entender sin fisuras un problema, sino que avanza para encontrar una solución.
¿En qué consiste su metodología? ¿Cuáles son sus características más destacables?
En primer lugar, la visión de la persona, usuario o cliente, situado como base del proyecto. También la propuesta constante de prototipar las propuestas, tanto para comunicarlas como para testarlas, y la incitación a la acción constante y al uso de la comunicación visual. En segundo lugar, promueve una organización transversal e invita a crear equipos multidisciplinarios que trabajen conjuntamente en diversos planes.
Además, el ‘Design Thinking’ propone una estructura de proyecto que avanza a través de distintas fases de forma iterativa. Por ejemplo, la propuesta del Instituto de Diseño Hasso Plattner en Stanford (d.School), que establece las siguientes cinco fases: empatizar, definir, idear, prototipar y testar. ‘Design Thinking’ ofrece muchas herramientas, entre ellas, por ejemplo, ‘brainstorming’ o ‘user journey’, que ayudan en el desarrollo de cada una de las fases.
Este proyecto tiene una visión integradora del usuario. ¿Por qué es tan importante y qué papel podría desempeñar en este sentido?
El usuario es el mejor experto en su campo y puede aportar opiniones muy valiosas. Esto implica cierto cambio de roles, ya que aparece la figura del “facilitador” como persona que controla el desarrollo del proyecto y consigue que el cliente aprenda a identificar sus necesidades, deseos o problemáticas. Por tanto, la profunda comprensión del usuario aparece como un elemento imprescindible para poder avanzar en cualquier proyecto.
¿Cuáles son los resultados más relevantes de este trabajo?
El resultado más reseñable es que el hecho de comprender el ‘Design Thinking’ de forma teórica permite utilizarlo en la práctica y, según convenga, en cada situación y proyecto, haciendo uso de la gran adaptabilidad de esta metodología.