Metro de Madrid: historia de la propia ciudad

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Estación de Carabanchel

El Metro, paradigma de la modernidad urbana, ha supuesto un cambio fundamental no solo en las costumbres de los habitantes de Madrid, sino también en la propia estructura social de la ciudad. Esta obra de los ingenieros Carlos Mendoza, Miguel Otamendi y Antonio González Echarte, ha transformado la capital española radicalmente al permitir la relación centro-periferia desde principios del siglo XX.

Fruto de un proyecto de ferrocarril suburbano, el rey Alfonso XIII inauguró la primera línea entre Puerta del Sol y Cuatro Caminos en 1919. Un total de 3,48 kilómetros de longitud, repartidos en ocho estaciones, que reducen el recorrido a diez minutos en comparación con otros medios de transporte. Más de 14 millones de viajeros lo utilizaron el primer año.

A partir de 1927 se inició una nueva etapa, definida por la redacción y construcción de nuevos proyectos: las cocheras de Cuatro Caminos, nuevos tramos, la inauguración del Ferrocarril Suburbano de Carabanchel, cuya explotación se concedió a Metro en 1960, y una serie de ampliaciones que llegan hasta el día de hoy.

Sin embargo, en 1986 la red de ferrocarril metropolitano pasó a manos del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, iniciándose la gran expansión y construcción de las infraestructuras para dar respuesta al incesante crecimiento del número de viajeros y consolidarlo como eje esencial y estructurante del transporte público de la región madrileña.

LA ANTIGUA CENTRAL ELÉCTRICA DE PACÍFICO

Inaugurada en 1924, todavía conserva en su interior tres impresionantes motores diésel y el resto de la maquinaria (alternadores, transformadores, etc.) que en su momento sirvieron para generar y transformar la energía con la que funcionaban los trenes.

Durante la Guerra Civil, y debido a las restricciones, llegó a proporcionar energía eléctrica a la ciudad, pero a medida que las compañías fueron capaces de asegurar un suministro cada vez más regular, esta central, la de mayor potencia en España en su momento, quedó obsoleta y dejó de generar energía hasta su clausura en 1972.

CHAMBERÍ, SOLO PARA LAS VISITAS

La antigua estación de Chamberí pertenece a la primera línea de Metro, que contaba con ocho estaciones. A principios de los 60, la Compañía Metropolitana decidió aumentar la longitud de los trenes y, ante la imposibilidad de alargar esta estación, la clausuró. El cierre definitivo tuvo lugar el 22 de mayo de 1966, aunque actualmente se organizan visitas.

Estación de Carpetana

EL MAYOR MUSEO ARQUEOLÓGICO BAJO TIERRA

Se trata del Museo de los Caños del Peral, que se encuentra en el interior de la estación Ópera, un espacio de 200 metros cuadrados donde se pueden ver restos arqueológicos de los siglos XVI y XVII pertenecientes a la Fuente de los Caños del Peral, el Acueducto de Amaniel y la Alcantarilla del Arenal.

A principios del siglo XVI el agua no llegaba a las casas de Madrid, a pesar de ser un elemento indispensable en el desarrollo de la ciudad, y donde realizaban el abastecimiento mediante aljibes o pilas instaladas en las plazas junto a puertas y murallas. En la Edad Moderna, las fuentes públicas sustituyeron a los aljibes, y parte de esas fuentes es lo que encontramos hoy en Ópera. Se trata de elementos hidráulicos que acercan la historia a todos los visitantes, que pueden acceder a la sala de audiovisuales para conocer la historia de lo expuesto.

UN PROYECTO DE RECUPERACIÓN

El antiguo vestíbulo de la estación de Pacífico es un espacio original de 1923, año en que se inaugura este apeadero de la línea 1 con la prolongación de Atocha a Puente de Vallecas. Se encuentra situado en el andén con dirección a Valdecarros.

El proyecto arquitectónico del complejo de Pacífico fue realizado por Antonio Palacios, e incluye la Nave de Motores, la estación subterránea, las oficinas, talleres, almacenes y la propia vivienda del ingeniero.

El proyecto original contemplaba un vestíbulo abovedado con lucernario central, que se modificó por el actual de planta rectangular con fuertes machones que los dividen en tres tramos y tres bóvedas más tendidas con lucernarios más pequeños en sus centros. Existía un único acceso desde la entonces calle del Pacífico, hoy Avenida Ciudad de Barcelona, esquina con la calle de Caridad.

Así, con un total de 301 estaciones repartidas a lo largo y ancho de la ciudad, esta red de ferrocarril es la tercera de Europa en cuanto a número de kilómetros, después de la de Londres y Moscú, y supuso todo un hito en su expansión entre 1995 y 2007, sobre todo con años récord en los que se han contabilizado más de 560 millones de desplazamientos.