
El edificio denominado ‘Los Silos del Intra’ es un bien de titularidad pública que ha sido cedido por concurso a la empresa Mba Incorporado durante un periodo aproximado de 25 años para labores administrativas y de comercialización de prótesis, así como de productos sanitarios.
‘Los Silos del Intra’ se empezaron a construir en 1948 para llevar a cabo funciones de almacenaje de grano y forrajes. Un proyecto que nació con la intención de favorecer la formación, y posterior salida laboral, de personas dedicadas a la ganadería y la agricultura. Más tarde, en 1972, esta zona se reacondicionó, acogiendo el Instituto de Ciencias Sociales del Trabajo (Intra) y el Instituto de Técnicas Educativas (Ita).
La idea de realizar el proyecto de transformación surgió en 2010 ya que, en este mismo entorno, se habían rehabilitado un secadero de tabaco y cuadras de ganado para usos compatibles con el parque científico y tecnológico de Gijón. Esta zona, junto con el campus universitario y la antigua universidad laboral, configuran lo que hoy día se conoce como ‘La milla del conocimiento’. Los Silos del Intra se consideraba el último y más dificultoso elemento para la completa recuperación del entorno pero, a su vez, suponía una oportunidad para dotar de utilidad un espacio tan prestigioso dentro de la ciudad asturiana.
El objetivo primordial de la reforma era la obtención de lugares de almacenaje suficientes para más de 15.000 referencias de producto, además de espacios creados para investigación y comercialización a través de congresos especializados. Es decir, una edificación creada para integrar todas las actividades de una empresa.
ASPECTOS DIFERENCIADORES
Las obras de rehabilitación, ejecutadas por la empresa SEDES y finalizadas en 2012, resultan especialmente atractivas por el valor de transformación que han aportado a los edificios y, en general, gratificantes para los profesionales que han participado en ellas.
Además, la colaboración entre trabajadores de distinta procedencia y una labor notable en equipo, que ha dado lo mejor de sí mismo, han sido piezas fundamentales para la obtención del resultado final.
Uno de los protagonistas de este proyecto, Raúl Quijano, Premio Nacional de Ingeniería Industrial por ‘Los Silos del Intra’, mantiene la idea de que no es frecuente, cuando se realiza algo novedoso y único en edificación, una transformación de espacios que no altere la esencia de los elementos originarios.
Es por ello que el equipo de trabajo ha respetado las bases del edificio y, por exigencias de los clientes, se han adaptado los Silos de forma que, actualmente, acoge un centro tecnológico de referencia en la zona.
ARQUITECTURA ECOLÓGICA
Desde el punto de vista visual se ha trabajado en mantener las volumetrías, de tal manera que se ha conseguido habilitar las construcciones sin que el entorno lo perciba como un elemento nuevo.
También se ha realizado un esfuerzo de diseño con técnicas convencionales para obtener beneficios térmicos en invierno en las partes soleadas, mediante grandes planos acristalados. Esto, unido a materiales con excelentes propiedades de calor e instalaciones de alta eficiencia, ha dado como resultado un edificio confortable con un extraordinario valor energético.
No obstante, en términos globales, el aprovechamiento de la energía ha sido posible gracias a la conservación de los cimientos existentes que, en caso de haber sido demolidos y nuevamente ejecutados, hubieran supuesto un elevado coste.
Así pues, los profesionales que han participado en esta transformación han buscado el equilibrio perfecto entre economía, ecología y lo socialmente deseable.