
REAL CONSERVATORIO DE ARTES
La España de principios del siglo XIX era un país convulso e inestable. Tras la Guerra de la Independencia, finalizada en 1814, volvió al poder Fernando VII, con el consecuente retorno de un gobierno absolutista. Hubo intentos de poner en marcha la primera escuela politécnica civil y militar de España durante el trienio liberal (1820-1823), tomando como ejemplo la École Polytechnique. Sin embargo, tras la llegada de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823 y la vuelta al absolutismo, el anhelo desapareció.
No obstante, España, aunque hundida en una crisis económica que continuaría hasta 1833, tenía regiones del país, como Cataluña, donde la industria comenzaba a despegar con fuerza, siendo necesarias personas altamente cualificadas para construir, equipar y dirigir factorías.
Es por esto que en 1824 comienzan las gestiones para crear una institución capaz de satisfacer las demandas industriales y técnicas de la época. Su nombre sería el de Real Conservatorio de Artes (RCA), tomando como referencia el Conservatoire National des Arts et Métiers de París.
Esta institución, imitando a la homónima francesa, no solo pretendía ser un centro académico, sino que también quería cumplir las funciones de “un faro que guiase a la Industria” (Ramón Teijelo, 2011).
El ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros, promulga bajo el consejo de López de Peñalver un decreto para la creación del RCA. En un principio se pensó en la Real Fábrica de Aguardientes o la Real Fábrica de Tabacos de Madrid para su ubicación, aunque finalmente se emplaza en la calle del Turco, donde había estado situado el Real Almacén de Cristales y el Laboratorio de Química.
En 1845, el Real Conservatorio de Artes se traslada a una nueva ubicación, la planta baja del Convento de la Trinidad Calzada, hoy desaparecido, uno de los muchos edificios de la capital afectados por las desamortizaciones. El RCA compartía edificio con el Museo de Pinturas y el Ministerio de Fomento.
La gran importancia del Convento para la Ingeniería Industrial española viene ligada a la transformación que experimentó el RCA en 1850, cuando pasa a ser el Real Instituto Industrial, una institución profundamente renovada gracias a una regularización de las enseñanzas industriales en todos sus niveles. El Real Decreto de 4 de septiembre de 1850 realiza un ordenamiento de los estudios industriales, y aprueba la creación de tres escuelas para su enseñanza en el nivel medio. El esquema de los estudios industriales, por tanto, quedaba organizado en un primer conocimiento elemental, impartido en institutos de primera clase. En segundo lugar, el nivel de ampliación, que tan solo se podría estudiar en las escuelas de Barcelona, Sevilla y Vergara, creadas al efecto. Por último, el nivel superior quedaba reservado para su enseñanza en el Real Instituto Industrial. En 1855, la Ley Moyano cambia el panorama, y permite que las escuelas de Valencia y Gijón impartieran los estudios medios.
LA ESCUELA INDUSTRIAL DE BARCELONA
Se trata de la escuela decana de España. Tras su inauguración en 1851 es la única que se ha mantenido en funcionamiento hasta la actualidad. La primera sede de la Escuela de Barcelona fue el desaparecido convento de San Sebastián, que actualmente ocupa la plaza Antonio López.
LA ESCUELA INDUSTRIAL DE GIJÓN
Creada en un principio como institución para estudios elementales de Ingeniería Industrial en 1851, con la Ley Moyano de 1855 comienza a impartir estudios de nivel medio. Sin embargo, por falta de alumnado, cierra diez años después de su inauguración.
LA ESCUELA INDUSTRIAL DE SEVILLA
Situada en la calle Boteros, la Escuela Industrial de Sevilla supuso un gran impulso para el sur de España. De sus aulas salieron ingenieros tales como Francisco de Paula Rojas, uno de los pioneros de la termodinámica y la electricidad en España.
LA ESCUELA INDUSTRIAL DE VALENCIA
Comenzó en 1852 impartiendo el nivel elemental, constituyendo el Conservatorio de Artes de Valencia, pero tras la reforma de 1855 pasa también a emitir títulos de estudios medios.
LA ESCUELA INDUSTRIAL DE VERGARA
Situada en el Real Seminario Científico e Industrial de Guipúzcoa, fue uno de los centros autorizados desde 1851 para impartir los estudios medios de Ingeniería Industrial.
En 1857, una nueva reforma educativa autorizaría a las cinco escuelas industriales de España a emitir títulos superiores. Todos estos centros, que supusieron un avance en el campo educativo e industrial de España, fueron clausurados (a excepción de la Escuela Industrial Superior de Barcelona) apenas diez años después de su creación por la falta de recursos y el desinterés de las clases gobernantes.
