Silvia Roldán es ingeniera industrial especializada en automática y electrónica y ha desarrollado sus más de dos décadas de trayectoria profesional vinculada a la empresa pública, concretamente al sector ferroviario.
Tras finalizar sus estudios en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Carlos III de Madrid, fue becaria del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales (CGCOII). Posteriormente, formó parte de Ineco y, más tarde, de Adif, donde pasó más de quince años metiéndose, como ella puntualiza, “en todos los rincones de la empresa”. Desde octubre de 2019, es la consejera delegada de Metro de Madrid donde continúa su carrera profesional volcando día a día su pasión por el ferrocarril, el transporte público y la movilidad.

Cuando Silvia Roldán subió al escenario a recoger su galardón a la Ingeniera Industrial del Año, la mujer profesional en la que se ha convertido abrazó a la joven recién licenciada que admiraba a los galardonados de los Premios Nacionales de Ingeniería Industrial de hace 21 años. Por aquel entonces, ella se había incorporado al equipo del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales (COGOII) y una de sus tareas fue la de ayudar en la organización de la primera entrega de los premios. “Recuerdo ver a mis compañeros ingenieros desde abajo y pensar en cuánto había que trabajar, cuánto había que estudiar y en cuánto había por aprender. Y 21 años después recibo yo este premio”, confesó.
El pasado noviembre en La Noche de la Industria, que se celebró en el Museo Reina Sofía, Silvia Roldán cerró el círculo. Aquella noche fue ella quien subió al escenario a recoger el reconocimiento de sus compañeros de profesión apoyada por ellos. Se mostró muy agradecida y afirmó sentirse como aquel día dos décadas atrás: “Admirada por unos inmensos profesionales como vosotros, con unas ganas infinitas por seguir aprendiendo e ilusionada por los proyectos tan apasionantes que tenemos por delante”.
“Recuerdo ver a mis compañeros ingenieros desde abajo y 21 años después recibo yo este premio”
Su entusiasmo, proactividad y fuerte motivación por el sector ferroviario y por la ingeniería industrial, a la que califica como “la profesión más bonita del mundo”, han sido los motores de su trayectoria y los que la han llevado a atesorar puestos de responsabilidad. Como ser la responsable de mantenimiento en el proyecto de la línea de alta velocidad entre La Meca y Medina, en Arabia Saudí, en 2013 y 2014.
“La ingeniería industrial ha sido en gran medida responsable del avance industrial y tecnológico que disfruta la actual sociedad española”
Hoy es todo un referente que recuerda con cariño cómo explicaba a su madre que no se dedicaba a nada de la Candelaria, que esa era la Virgen, que ella se dedicaba a las catenarias. “Mi mundo es el transporte público, sobre todo el ferrocarril” fueron las palabras con las que comenzó a compartir con el auditorio los muchos kilómetros de obras ferroviarias que ha realizado pasando calor y frío, “y matando muchos bichos, que los había”.
El consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, David Pérez, en su intervención para entregarle el galardón la definió como “una mujer convencida del servicio público, una mujer que ama su profesión, una mujer que siente la ingeniería y que la defiende a capa y espada”. En este sentido y justificando el merecimiento del premio, resaltó los dos últimos grandes retos a los que se ha enfrentado Silvia Roldán profesionalmente estando al frente de Metro de Madrid y que resolvió ejemplarmente: la crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus y la borrasca Filomena, que paralizó la región a principios del año pasado.
Silvia Roldán compartió con el auditorio el orgullo que siente por su equipo de Metro de Madrid: más de siete mil profesionales con quienes asegura compartir la dedicación para dar el mejor servicio público posible. Un servicio que no cesó en ninguno de los citados casos, siendo los estándares de calidad de la experiencia del cliente una de las prioridades que la consejera delegada se empeñó en mantener a pesar de la reducción drástica de viajeros.

Silvia Roldán dedicó la mayor parte de su discurso a compartir con el auditorio por qué piensa que son los ingenieros industriales quienes van a liderar el futuro, un futuro sostenible, eficiente y digital. Según opina, la grandeza de la profesión está en aprender en la escuela técnica a enfrentarse a problemas complejos, a analizarlos con precisión y a planificar una resolución para hacer la vida más fácil a las personas. La ingeniería industrial es la más generalista pues aúna conocimientos tecnológicos muy diversos: en el siglo XIX, los primeros ingenieros trabajaban en el ferrocarril, como muchos en la actualidad e incluida ella misma, y en el siglo XXI están presentes en campos como la siderurgia, la electricidad, la química, la informática y la organización industrial, entre otros. En sus palabras, “la ingeniería industrial ha contribuido durante más de 150 años al desarrollo industrial de este país y, por consiguiente, ha sido en gran medida responsable del avance industrial y tecnológico que disfruta la actual sociedad española”.