
Emilio Sánchez Escámez: “A día de hoy son necesarias las ayudas para que el hidrógeno verde sea rentable y pueda competir como vector energético”

Hidrógeno, el futuro del planeta
Eugenio Trillo León: “El hidrógeno es muy democrático, sirve para que cada país pueda producir su propia energía y almacenarla para usarla cuando la necesite”

Juan Carlos Durán: “La transición energética hacia un modelo descarbonizado en 20 o 30 años requiere que las nuevas energías sean más baratas o que los estados ayuden y obliguen”

Teresa Busto del Castillo: “Nuestra ambición es fomentar la igualdad de género impulsando el talento femenino para que las mujeres ocupen puestos de liderazgo”
Un ejemplo de que el liderazgo femenino y la ocupación de puestos directivos en el sector de la Ingeniería Industrial son posibles lo encontramos en Teresa Busto, actualmente vicepresidenta de Airbus y directora de la factoría de Airbus en Illescas. Además de capitanear la plataforma de reciente creación ‘Ellas Vuelan Alto’, que intenta relanzar el papel de la mujer en la industria aeronáutica, Busto ha sido la responsable de que a día de hoy el 50% de los puestos de relevancia en la fábrica que dirige en el municipio toledano estén ocupados por mujeres.
Aunque empezó su trayectoria como ingeniera de diseño en Técnicas Reunidas, ha tenido varios cargos de responsabilidad en Airbus, pasando por diferentes áreas y países. Asimismo, ha recibido varios premios, entre los que destacan el de Mujer con Mejor Trayectoria Profesional en el Sector Aeronáutico (2016), Mejor Directiva de Castilla-La Mancha (2017) y el Premio Internacional Yo Dona al Liderazgo (2019).
De su dilatada trayectoria en Airbus, ¿qué hitos destacaría?
He trabajado en Airbus durante los últimos 35 años, en diferentes puestos y responsabilidades tanto en España, como en Francia y Estados Unidos. Todas estas experiencias me han proporcionado resiliencia, una mentalidad muy abierta y he aprendido la importancia de la colaboración, la empatía y el liderazgo. Todas las situaciones, positivas o negativas, han contribuido a mi éxito.
Sin embargo, si tuviera que elegir un momento concreto, mencionaría la oportunidad que tuve de ser parte de los pioneros en materia de materiales compuestos, contribuyendo fuertemente al desarrollo e implementación de este know-how dentro de Airbus.
¿Cuál es su labor como directora de la fábrica de Illescas?
Mi trabajo es cohesionar a los empleados de Illescas e involucrarnos colectivamente en el éxito de Airbus. Nuestra labor como líderes es fomentar las conexiones humanas, distribuir
el trabajo de manera justa y generar confianza en la organización para que las personas se sientan empoderadas para actuar y realizarse. Impulsando el potencial humano en un entorno hiperconectado, hiperveloz y cambiante es como nosotros, los líderes, podemos
marcar la diferencia.
¿El sector aeronáutico gozará de buena salud?
La crisis de la COVID-19 no tiene precedentes. La actividad del negocio de aviones comerciales ha caído cerca de un 40% en los últimos meses, lo que ha hecho que en Airbus tengamos que adaptar nuestras tasas de producción de aviones comerciales también. No
se espera que el tráfico aéreo recupere los niveles anteriores a esta crisis antes de 2023 y, posiblemente, no será hasta 2025. Nuestro objetivo es recuperar el impulso reconquistando la confianza en los viajes aéreos y pidiendo a los gobiernos y las autoridades que hagan todo lo posible para apoyar una reapertura coordinada de las fronteras internacionales. Mientras tanto, continuaremos adaptándonos al mercado y a la demanda de los clientes.
Una de nuestras prioridades siempre ha sido impulsar una aviación más ecológica y descarbonizar nuestra industria. Las emisiones de CO2, el medio ambiente y los vuelos eléctricos no dejarán de tener importancia después de esta crisis, cuando consigamos superarla, por lo que trabajamos en nuevas tecnologías que den forma a los
viajes aéreos en un futuro sostenible.

¿Dónde diría que reside la clave de su éxito profesional?
“Si no vas, no has ido”, este ha sido mi lema durante años. Creo que la determinación, el trabajo duro y la confianza en ti misma, en tus competencias y elecciones en la vida son fundamentales para tener éxito profesional y personalmente. También depende en gran medida de las personas de las que te rodeas. Definir y construir un entorno en el que recibes apoyo profesional y personal es fundamental.
¿También dirige la Asociación ‘Ellas Vuelan Alto’. ¿Cuál es su principal objetivo?
Nuestra misión en ‘Ellas Vuelan Alto’ es dar visibilidad a las mujeres del sector aeroespacial en España, abarcando el ámbito universitario, empresarial y gubernamental, y partiendo de
la visión de igualdad desarrollada por la Carta Magna de Naciones Unidas. Queremos difundir la existencia de referentes femeninos y demostrar a generaciones más jóvenes que sí pueden.
¿Cree que el papel de la mujer está bien representado en la Ingeniería Industrial?
Hemos avanzado mucho a lo largo de los años y la situación está evolucionando en la dirección correcta. Sin embargo, todavía nos queda un largo camino por recorrer para alcanzar la igualdad de género, ya que el número de mujeres que estudian Ingeniería sigue estando por debajo del 30% en España. En Airbus, nuestra ambición es fomentar la igualdad de género, impulsando el talento femenino para que las mujeres ocupen puestos de liderazgo.
En la factoría de Illescas, el 50% de los puestos de mánager y el 38% de los directivos están dirigidos por mujeres. ¿Ocurre esto en otras entidades?
La aviación ha sido históricamente una industria con una presencia mayoritaria de hombres, pero con el tiempo estamos cambiando la ecuación. En Airbus, en España, más del 22% de la población activa son mujeres y Airbus ha desarrollado algunos programas
específicos de formación y mentoring para animar a las mujeres a participar en carreras de liderazgo. Además, hemos desarrollado redes internacionales de mujeres que son plataformas en las que se puede intercambiar, compartir y progresar en nuestro viaje individual, involucrando a hombres y mujeres. Parte de nuestra misión también es ir a
las escuelas para motivar a las generaciones femeninas más jóvenes para que se impliquen en carreras de Ingeniería y así avanzar hacia la igualdad.
¿Cambiará la participación de la mujer en la Ingeniería Aeronáutica? ¿Cómo ve el futuro?
Nuestro trabajo de hoy está impactando, cambiando la percepción y el sesgo que se han asociado a las actividades industriales hasta ahora. La diversidad impulsa la colaboración,
el desempeño y el compromiso en las organizaciones. En Airbus estamos comprometidos con el desarrollo de un entorno de trabajo inclusivo en el que todos se sientan integrados, independientemente de su origen, género u orientación sexual.
Blanca Losada Martín: “Las organizaciones se movilizan mediante las palabras pero se comprometen con los hechos”
La amplia carrera profesional de nuestra protagonista, Blanca Losada Martín, está ligada desde el inicio con el sector energético. Desde febrero de 2019 ocupa el puesto de presidenta en Fortia Energía, cargo que compagina con la vicepresidencia del Consejo Social de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Precisamente, fue en esa misma institución donde consiguió su titulación en Ingeniería Industrial que, junto al resto de su formación, le ha permitido liderar otras compañías importantes como Unión Fenosa Distribución y Gas Natural Fenosa Engineering.
Su trayectoria profesional está ligada al sector energético. ¿Es una cuestión vocacional?
Me considero una persona afortunada, pues las circunstancias propiciaron que mi carrera profesional comenzase en el campo energético y, a lo largo de los años, he podido ir apreciando su riqueza de matices y posibilidades. Si lanzo una mirada retrospectiva, supongo que, en el fondo, sí que era una cuestión vocacional, aunque no fuera consciente de ello a los veinte años.
¿Qué momento destacaría?
Todos los momentos, los buenos y los difíciles, son importantes, siempre que configuren una trayectoria con sentido. En cualquier caso, destacaría dos: el momento inicial y el presente.
La primera experiencia profesional suele ser siempre significativa. En mi caso, el azar y la intención hicieron que comenzara mi andadura en la que en aquel entonces era la tercera eléctrica de país, Unión Fenosa, como ingeniera del área de mantenimiento de infraestructuras de alta tensión. Allí comenzó un largo y enriquecedor camino en una gran multinacional energética, con crecientes responsabilidades de negocio y el reto de dirigir magníficos equipos.
En cuanto al presente, Fortia Energía constituye un proyecto muy especial. Es una compañía energética creada por y para los clientes, de naturaleza colaborativa, altamente profesional y con un propósito muy claro: proveer la energía mejor y más competitiva a
un sector clave para nuestra economía y nuestro bienestar social, como es la industria básica.
¿A qué retos debe enfrentarse el sector energético actual?
Está viviendo un momento de transformación apasionante, la denominada transición energética. En un futuro, el sector será menos intensivo en el uso de combustibles y más en tecnología y bienes de equipo, lo que sitúa a la industria como protagonista clave para desarrollar y aprovechar ese potencial. En Fortia, vemos este proceso de transformación como una gran oportunidad para crear riqueza y capacidades, y posicionar de forma inteligente a la industria en la nueva cadena de valor energética, para lo cual desarrollamos soluciones innovadoras de suministro energético que propician la participación activa de todos los clientes y fomentan la eficiencia y las energías renovables.

¿Qué características importan del liderazgo?
El auténtico liderazgo empieza por los principios y radica, esencialmente, en dar sentido, en su doble acepción de orientación y de propósito. Es generar un sentir compartido acerca de hacia dónde vamos y para qué lo hacemos.
Una empresa es un proyecto colectivo y, por eso, el liderazgo se traduce en rodearte de un equipo con talento e iniciativa, en comunicar una visión estratégica en la que crees, en crear vínculos de confianza, en fomentar una sana cultura del error, en procurar unos fines que transcienden a los objetivos, y, en última instancia, en actuar con coherencia y responsabilidad.
Las organizaciones se movilizan mediante las palabras, pero se comprometen con los hechos. Sin duda, el mejor activo de un líder es el compromiso que es capaz de generar a su alrededor.
¿Qué podemos hacer para que cada vez más mujeres se interesen por la Ingeniería?
Pienso que la decisión de orientarse hacia la Ingeniería tiene un carácter más vocacional de lo que se suele pensar. Los jóvenes, en general, y especialmente las chicas, no encuentran
la motivación suficiente en este tipo de carreras. Por ello, es necesario trasladar a nuestros jóvenes, sin distinción de género, lo que significa realmente la Ingeniería como palanca de creación de riqueza y bienestar. Para quien no lo ha vivido directamente puede parecer que la Ingeniería Industrial tiene más que ver con las máquinas que con las personas, con las fórmulas matemáticas que con las dinámicas relacionales, con aburridos procesos productivos que con la innovación y la creatividad. ¡Y para nada es así!
La Ingeniería Industrial es un campo transversal y holístico, con una enorme diversidad, amplias oportunidades y un impacto directo en la vida diaria de todos. En la medida en que
seamos capaces de convencernos, y convencer a nuestros jóvenes de esta realidad, conseguiremos atraer a nuestra profesión a más chicos y chicas comprometidos y con talento.
¿Se mantiene esa desigualdad en el sector energético?
La Asociación Española de Mujeres de la Energía (Aemener) ha publicado recientemente su primer ‘Observatorio sobre el rol de la mujer en las empresas del sector energético’, que revela que sigue siendo un ámbito con fuerte presencia masculina, donde las mujeres
son el 28,5% de los empleados.
Al desglosar los datos, se aprecia que hay más mujeres en las compañías orientadas a los servicios frente a las de tecnología y productos, y que las diferencias se acortan cuanto más joven es la organización. El estudio pone de manifiesto que existe un desequilibrio,
especialmente acusado, en los niveles gerenciales y de dirección, pero, también, que el cambio está en marcha. Queda camino por andar, pero somos conscientes de que hay que recorrerlo.
¿Hay algún proyecto de la UPM para combatir la desigualdad?
La UPM es consciente del valor de despertar “vocaciones tecnológicas” en nuestros jóvenes y atraer, especialmente, a las chicas. De hecho, el paisaje no es uniforme entre las distintas ramas de la tecnología. Titulaciones como Arquitectura o Bioingeniería gozan de un nivel de paridad envidiable. Estas cifras se reducen muchísimo en ámbitos vinculados al mundo TIC, que tienden a verse como entornos con un menor factor “humano” y más alejado de la sociedad. En este sentido, la UPM impulsa iniciativas que pretenden transmitir el valor transformador y el impacto social de toda la tecnología, muchas de ellas de naturaleza colaborativa, como el proyecto Mujer e Ingeniería, que promueve la Real Academia de Ingeniería.
La ciencia y la Ingeniería crean nuevas realidades y cambian el mundo, cada vez a mayor velocidad, y la oportunidad de ser parte activa de ese cambio, y hacerlo en positivo, constituye un reto ilusionante y movilizador.
¿Ejemplos como el suyo ayudan a que más mujeres se interesen por este sector?
En la medida en que trayectorias individuales puedan servir para eliminar barreras y creencias autolimitantes, me encantaría que así fuese. Lo verdaderamente eficaz es el esfuerzo colectivo y, sin duda, el apoyo y el impulso de las instituciones y las asociaciones que representan a nuestra profesión tiene un valor incalculable.
Silvia Roldán Fernández: “Mi hija me dijo: Mamá, ¿te das cuenta de que muchas niñas se van a fijar en ti?”
Cien años han pasado para que una mujer ocupe, por primera vez en la historia, el cargo de consejera delegada en Metro de Madrid. Ella es Silvia Roldán, ingeniera industrial especializada en automática y electrónica, cuya amplia experiencia en el sector ferroviario, después de haber trabajado durante más de 15 años en ADIF, le ha permitido acceder a dicho cargo. Sin embargo, su primer contacto con el sector llegó mucho antes, a principios de los 2000, cuando era becaria en el Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros
Industriales (CGCOII).
¿Cómo fueron sus inicios en el sector ferroviario?
Un año antes de finalizar mi carrera comencé a trabajar como becaria en el CGCOII. Allí tuve la oportunidad de supervisar los primeros proyectos constructivos de subestaciones de la línea de alta velocidad Madrid–Lleida. Fue mi primer contacto con el campo ferroviario y reconozco que me enganchó.
De ahí salté a INECO, empresa referente en Ingeniería y consultoría del transporte, donde continué trabajando vinculada al sector, fundamentalmente en las líneas de alta velocidad, para, años después, incorporarme a ADIF, donde tuve la suerte de pasar prácticamente por todos los departamentos.
¿Qué es lo que más le motiva de su trabajo?
En mi puesto como consejera delegada de Metro de Madrid soy muy consciente de que nuestro trabajo mejora la vida de los ciudadanos. Ahí es donde encuentro la motivación diaria. Además, me motiva a seguir aprendiendo, innovar, y reinventarme.
Si pudiera destacar un momento de su carrera, ¿cuál sería?
La llegada a Metro de Madrid ha sido un momento muy importante en mi vida profesional. Es una empresa emblemática para todos los madrileños, una compañía centenaria que forma parte de la vida de la gente. Que me llamaran fue un orgullo, aunque siempre pienso que la ocasión más importante de mi carrera está por llegar.
¿Cómo reaccionó al saber que sería la primera mujer al frente de Metro de Madrid en sus más de cien años de historia?
Lo cierto es que en ese momento ni se me pasó por la cabeza que iba a ser la primera mujer consejera delegada, solo pensaba en si sería capaz de asumir el reto. Mentiría si no admitiera haber sentido un poco de vértigo, estamos hablando de una empresa con 7.000
trabajadores y que mueve diariamente a más de dos millones de viajeros. Era muy consciente de la responsabilidad máxima que asumía, pero al mismo tiempo tenía unas ganas inmensas de empezar a trabajar.
Es después cuando empiezas a ser consciente de la visibilidad que te da ser la primera mujer en ocupar este puesto y del ejemplo que puedes ser para otras mujeres. Mi hija mayor tuvo mucho que ver en ello cuando, a los pocos días de ser nombrada, me dijo:
“Mamá, ¿te das cuenta de que muchas niñas se van a fijar en ti?”. Ahí empecé a ser consciente del honor que, como mujer, suponía estar al frente de esta compañía centenaria.
¿Cuáles son los proyectos futuros que subrayaría de Metro de Madrid?
A corto plazo estamos trabajando por el metro actual, por mejorar las frecuencias, la fiabilidad, el servicio al cliente, etc. Tenemos que ser capaces de dar un servicio que sea de plena satisfacción para los usuarios, dando respuesta a lo que nos piden.
A medio y largo plazo nos estamos embarcando en un proceso de digitalización que no tiene vuelta atrás. Esto nos permitirá mejorar la experiencia del cliente y ser cada vez más eficientes. Este metro del futuro debe estar enfocado al mantenimiento predictivo, al conocimiento preciso y detallado de la demanda gracias a la inteligencia artificial o a la reducción del tiempo de resolución de incidencias.

¿Qué medidas cree que hacen faltan para estimular el incremento de mujeres en el sector?
Hay que seguir trabajando para fomentar las vocaciones científico-tecnológicas entre las niñas, sensibilizando y facilitando el acceso de los niños y niñas por igual a las disciplinas STEAM. También hay que fomentar su autoestima y darles una mayor confianza en sus
habilidades y destrezas, transmitiendo a nuestras jóvenes lo increíble que es esta profesión para que se ilusionen por seguir ese camino.
¿Ha sido duro llegar hasta aquí por el hecho de ser mujer?
Ha sido duro, lamentablemente no puedo decir lo contrario. En mi carrera he tenido que superar muchos cuestionamientos. Para mí, la igualdad es la libertad, que haya igualdad de oportunidades y libre elección para que cada uno elija lo que quiere para su vida. Cuando deje de ser noticia que una mujer sea nombrada consejera delegada habremos conseguido la igualdad. Aun así, soy positiva, cuando miramos atrás es cuando nos damos cuenta de lo
muchísimo que hemos avanzado.
¿Ha experimentado problemas de conciliación en su ámbito profesional?
Efectivamente, cada día me siento como si jugara al tetris, teniendo que encajar piezas para que todo funcione. Para mí la maternidad fue un punto de inflexión, un momento que viví como una lucha personal interna. Yo quería apostar por una carrera profesional y, a la vez, quería ser madre. En ese momento los miedos y dudas te inundan, no quieres perderte ni un solo segundo de la experiencia de estar con tus hijos y, al mismo tiempo, no quieres parar tu carrera profesional. La sociedad nos ha infundado un sentimiento de culpabilidad a las mujeres que somos madres y hace que te debatas entre familia y trabajo. Pero debemos ser libres para elegir el camino que queramos.
Con la maternidad ha sido la primera vez que he sentido realmente que me enfrentaba a la desigualdad, porque además de tus miedos internos debes enfrentarte a mensajes paternalistas que te cuestionan si van a cambiar tus prioridades o el tiempo que dedicas a
tu actividad profesional. Esos comentarios no se dirigen nunca hacia los hombres. No obstante, tener a mi familia y a mis hijas es el proyecto del que me siento más orgullosa, pero he tenido que convencerme de que es perfectamente compatible con seguir creciendo
en lo profesional.
¿Hacia dónde se encamina el sector ferroviario en materia de Ingeniería Industrial?
Es innegable el papel que las tecnologías de la información y las comunicaciones van a jugar en el sector ferroviario. Desde mi punto de vista, el futuro pasa por la digitalización, y es ahí donde los ingenieros industriales tenemos mucho que aportar.
Carlota Pi Amorós: “Si se aplicaran las cuotas en las escuelas se favorecería el acceso de mujeres a la Ingeniería”
Cuando empezó a estudiar Ingeniería Industrial en 1994, Carlota Pi no sabía todavía que acabaría trabajando en el sector eléctrico y fundando una compañía centrada en la energía verde, como es el caso de Holaluz. Nacida en Barcelona en 1976, actualmente ostenta el cargo de presidenta ejecutiva en esa misma empresa, que empezó su andadura en el año
2011. En la Universidad Politécnica de Cataluña, donde se graduó, también estudió el máster en Métodos Matemáticos Aplicados a los Mercados Financieros, completando su formación en 2009, cuando superó con éxito su MBA.
¿Cómo surgió la idea de fundar la compañía?
Oriol Vila, Ferrán Nogué y yo, que somos los tres fundadores de Holaluz, nos conocimos estudiando el MBA en IESE, una escuela de negocios de Barcelona. Ahí aprendimos del profesor Antonio Segarra que una compañía bien gestionada, que es capaz de encontrar
su camino hacia la rentabilidad, puede y debe convertirse en una herramienta para hacer del mundo un lugar mejor.
Eso para nosotros fue una revelación porque pensábamos que esa tarea estaba encomendada a los Gobiernos o a las ONG, así que el hecho de que una compañía tenga que tener un propósito realmente trascendente y transformador del mundo nos pareció una idea muy espectacular. Recién graduados, estábamos los tres en un bar pensando qué podíamos hacer para que el mundo fuera un lugar mejor y salimos de allí con la idea de
fundar Holaluz.
Holaluz es una empresa joven. ¿Qué balance haría de su desarrollo?
Estoy muy orgullosa de lo que hemos conseguido en Holaluz en estos 9 años y nerviosa por lo que nos queda por delante. Ahora tenemos bien asentados los códigos postales de España, superamos ampliamente los 200.000 clientes, crecemos a un ritmo de más de 400 nuevos cada día y, desde hace un año, estamos liderando en el sector doméstico, es decir, dirigiéndonos exclusivamente a clientes particulares y pequeñas empresas.
Además, también estamos liderando, dentro de este sector doméstico, la instalación de placas solares fotovoltaicas para que la gente produzca su propia electricidad y convierta su tejado en un generador de energía renovable.
¿Por qué la Ingeniería Industrial presentan una tasa de mujeres estudiantes notablemente inferior a la de hombres?
Contrariamente a lo que muchas veces se ha dicho, no es porque a las mujeres no nos interese la tecnología, ya que la ciencia y la tecnología nos interesan exactamente en la misma proporción que a los hombres. Yo soy fan de las cuotas, porque si en las escuelas
de Ingeniería y facultades similares se aplicaran, se empezaría a generar un sesgo positivo en ese sistema, cambiando el contexto y produciendo un llamamiento natural para que entren más chicas. Este ejemplo ya se ha seguido en las mejores escuelas de negocio del mundo, como la Universidad de Harvard, la de Stanford o el London School of Economics.
Pasado un tiempo desde la aplicación de estas cuotas nos pasará como a los daneses, que ya no necesitan esas medidas porque, a base de introducir ese sesgo positivo, el sistema ha adquirido la forma de garantizar la igualdad. Otro sistema sería a través de becas, descontando, por ejemplo, un porcentaje de la matrícula a las mujeres.

¿Diría que el papel de la mujer está bien representado en la Ingeniería Industrial?
No. Ni en la Ingeniería Industrial ni en la sociedad en general. Sin embargo, en Holaluz, al presentar un ecosistema de trabajo diferente, tenemos un 50% de mujeres en todos los equipos y en todos los niveles. En el equipo de tecnología tuvimos que introducir cuotas
porque no teníamos suficientes chicas.
Desde Holaluz se defiende el uso de energía verde. ¿Hay avances en esa línea?
Absolutamente. De hecho, es algo que nosotros llevamos explicando los últimos 9 años, ahora con éxito, porque la alineación en la energía verde ya es algo mainstream en el mundo. Hace tiempo, conceptos como el reciclaje o la economía circular eran defendidos por una minoría. Ahora tenemos marcas de ropa que producen de una forma 100% orgánica y reciclan algodón, es decir, todo el mundo está metido ya en esto.
Con la irrupción de la crisis sanitaria y económica provocada a causa del coronavirus, este proceso se ha acelerado a pasos agigantados. La conciencia con la que estamos viviendo todo esto es la de hacer actos diarios que nos alineen a nuestros valores y la manera
que queremos vivir. Esta nueva normalidad nos brinda una oportunidad de oro para construir una nueva realidad que nos guste y nos encaje más porque no íbamos bien como humanidad.
¿Qué medidas adoptaría para el aumento de estas energías?
A nivel político o regulatorio no tomaría ninguna porque, desde que se consiguió eliminar el absurdo impuesto al sol en 2018, no existe ninguna otra traba regulatoria para que la gente se conecte a la energía verde o instale placas solares en sus tejados. Si como
consumidor haces esto y tienes claro a qué visión del mundo te quieres sumar, las transformaciones van ocurriendo.
No es que tenga que venir un Gobierno a decir lo que hay que hacer, sino que cada vez más el poder está en las decisiones que toma la gente. Yo lo que haría es concienciar a la gente de que la energía verde no es más cara y que gracias a la tecnología esto es posible. Cuanta más gente lo conozca mayor será la libertad para elegir a qué visión del mundo quieren contribuir.
¿Cómo ve el futuro de Holaluz?
Hicimos una salida a bolsa el 29 de noviembre de 2019 y una ampliación de capital de 40 millones. Con ese dinero estamos en predisposición de ejecutar un plan de negocio que nos lleve a conseguir a finales de 2023 un millón de clientes domésticos y haber transformado
50.000 tejados en generadores de electricidad.
Elena Moral Grande: “Si fomentamos las carreras técnicas podremos responder a la fuerte demanda de empleo tecnológico que vendrá y que no se está cubriendo”
Elena Moral es una ingeniera industrial con un amplio recorrido en el sector ferroviario, con más de 17 años de experiencia acumulados en la empresa Talgo. Nació en Madrid en 1977 y creció en Las Navas del Marqués (Ávila) hasta que en el año 2002 se graduó con honores en la Universidad de Valladolid como ingeniera industrial en la especialidad de mecánica. A su formación hay que añadir el título de Ingeniera en Automática y Electrónica por la Universidad Politécnica de Madrid y el Executive MBA de la IE Business School.
En Talgo trabajó en las pruebas para la certificación de su primer tren de alta velocidad, liderando el Departamento de Ingeniería para este tipo de trenes cuando entraron en el servicio comercial. A partir de 2011, cuando superó el MBA, pasó a la dirección de proyectos, donde trabajó con éxito en el ambicioso Proyecto Haramain de Arabia Saudí, consistente en la construcción de una línea de alta velocidad entre Medina y La Meca.
¿Qué le motivó a estudiar Ingeniería Industrial?
Mi carrera ha estado ligada a una palabra: innovación. Desde pequeña siempre me ha gustado diseñar, construir y probar cosas nuevas. Me atraían las asignaturas más técnicas.
¿Cómo fue la experiencia de liderar el Proyecto Haramain?
Ha sido un privilegio dirigir el Proyecto Haramain. Considero que hay trabajos que dejan huella en la carrera de una persona y este, sin duda, ha sido uno de ellos.
Nos hemos enfrentado al desafío tecnológico de diseñar y fabricar el primer tren de alta velocidad del mundo capaz de circular por uno de los entornos más hostiles del planeta, el desierto de Arabia Saudí. Es considerado uno de los mayores retos de la industria ferroviaria en su historia, una prueba que hemos sabido superar de manera exitosa tanto desde Talgo como por parte de las empresas que formamos el consorcio español.
¿Cómo se consigue afrontar un reto de este calibre y, aún más, siendo mujer en un país como Arabia Saudí?
Sin duda ha sido un proceso exigente para todos, no solo para mí como mujer. Al reto tecnológico se han añadido la complejidad de coordinación y gestión de todos los trabajos por las diferentes empresas y el desafío de trabajar con una cultura y unos estándares
diferentes a los nuestros.
Es verdad que, al principio, existieron ciertas reticencias por parte de algunas empresas concesionarias a poner mujeres al frente. Talgo entendió que era más importante la experiencia, y yo ya tenía más de 10 años acumulados en la alta velocidad. Me tomé la
decisión como un regalo y como una apuesta valiente de mi compañía.
¿Tuvo alguna dificultad durante su desarrollo?
En proyectos de esta magnitud, decir que no hemos tenido dificultades sería mentir porque, posiblemente, cada día haya tenido un desafío, pero la profesionalidad de todo el equipo ha primado sobre los obstáculos.
Me han preguntado muchas veces si he tenido mayores dificultades por ser mujer. Como decía Henry Ford, “los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas la vista de tus metas”. Ese también es mi enfoque porque cuando he pensado sobre ello
no recuerdo haber vivido más o menos dificultades que el resto.
¿Considera que España es un buen lugar para ser ingeniera?
Es imprescindible que fomentemos las carreras técnicas en nuestro país. Es paradójico ver cómo tenemos datos de empleos en el campo tecnológico en España que no se cubren por falta de cualificación y cómo en un futuro próximo este sector generará una cantidad muy elevada de los mismos.
La evolución tecnológica en la que estamos inmersos va a demandar muchísimos profesionales en áreas como la inteligencia artificial, la interacción entre personas y máquinas, la digitalización, etc. Nuestras mujeres pueden estar ahí por capacidad, tienen la
oportunidad de acceder a la formación requerida, igual que los hombres. No tiene sentido quedarse fuera de aquello que va perfilando el futuro y nuestra sociedad no puede permitirse desaprovechar el 50% del talento.

¿Existe una brecha de género en el ámbito en el que trabaja?
Indudablemente hemos avanzado en las últimas décadas, pero actualmente en España solo un 18% de los profesionales en Ingeniería son mujeres. Tenemos mucho camino que recorrer y, como sociedad, debemos trabajar para alcanzar una igualdad real entre hombres y mujeres.
Hay varios ejes, desde mi punto de vista, sobre los que hay que ocuparse. En primer lugar, debemos trabajar sobre nosotras mismas para mejorar nuestra confianza y la defensa de nuestras capacidades. Segundo, en el seno de las empresas, contando con mecanismos que permitan identificar a las mujeres con proyección. Por último, mediante políticas públicas que faciliten el equilibrio entre la vida profesional y la vida personal.
¿Recibió el premio WICE a la Mujer Ingeniera Ferroviaria Europea. ¿Qué supuso?
Significó un enorme reconocimiento a mi trayectoria profesional, pero, desde luego, también de todos los que trabajamos en Talgo. Iniciativas como esta son un impulso al talento femenino que visibiliza a las grandes profesionales que tenemos en el campo de la Ingeniería y ayuda a poner en valor sus trayectorias profesionales.
En Talgo también estamos comprometidos en visibilizar y reconocer el trabajo de la mujer en la Ingeniería. El año pasado lanzamos el Premio Talgo a la Ingeniera Excelente, dotado con 25.000 euros, que busca reconocer a la Ingeniera del Año por su trayectoria profesional y/o académica.
¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrentará?
Actualmente mi objetivo es alcanzar el correcto desarrollo en los planes que estamos ejecutando, proyectos en los que se refleja la continua evolución tecnológica y en los que hay que hacer frente a restricciones cada vez más importantes en términos de plazos y
costes para ser competitivos.
¿Cree que la Ingeniería Industrial española está valorada en el exterior?
Por supuesto, la Ingeniería y el sector de la construcción españoles son de los mejores del mundo. España cuenta con cerca de 30 años de experiencia en la ejecución de la alta velocidad, segmento en el cual nuestro liderazgo es un hecho. Eso nos ha llevado a conseguir proyectos como el AVE en Arabia Saudí, el mayor contrato obtenido por un consorcio de empresas españolas a nivel internacional, considerado el proyecto tecnológicamente más complejo por el entorno en el que se desarrolla.
Raquel Moreno de la Rosa: “En nuestro Colegio solo un 13% de los colegiados somos mujeres”
Raquel Moreno de la Rosa es ingeniera industrial por la Universidad de Vigo, máster en Prevención de Riesgos Laborales por la Universidad Francisco de Vitoria y doctoranda en
Ingeniería Ambiental por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Comenzó su trayectoria profesional en 2004 y, desde 2008, es funcionaria de la Dirección General de Energía de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias. Además, Raquel es decana del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Santa Cruz de Tenerife (COIITF), siendo actualmente la única mujer que ostenta este cargo a nivel nacional y la tercera decana en la historia de la Ingeniería Industrial en España.
¿Cómo se ha adaptado a este nuevo cargo de decana?
Muy bien. Ya había formado parte de varias juntas de gobierno, siempre como tesorera, por lo que conozco bien el Colegio, su personal y su funcionamiento, así que ha sido muy fácil asumir el cargo. Lo único negativo ha sido obviamente esta inesperada pandemia que ha supuesto un esfuerzo añadido para todos en cuanto a organización interna y toma de decisiones y ha retrasado muchas actuaciones que queríamos realizar este año.
¿Cuáles son los principales objetivos del Colegio?
Contamos con tres ejes principales: la orientación a nuestros colegiados cuidando sobre todo los servicios y la formación que les ofrecemos, así como aumentar la visibilidad y la relevancia institucional y social del colegio y fomentar la participación de nuestros colegiados con la mejora de las relaciones profesionales y personales entre ellos, prestando especial atención a los más jóvenes y seniors. También queremos tener más presencia en las universidades y trabajar en el fomento de las carreras STEM.
¿Cómo es la situación de la Ingeniería Industrial en las Islas Canarias?
Nuestra profesión en Tenerife y en Canarias en general, al no existir un sector industrial o tecnológico suficientemente desarrollado, se caracteriza por la diversidad, trabajando en gran cantidad de sectores, entre los que destacan el de servicios y, en particular, la
consultoría técnica. Esto demuestra lo generalistas y polivalentes que son nuestros estudios y cómo nos permiten abarcar gran cantidad de disciplinas.
A principios de este año las expectativas entre nuestros colegiados eran buenas y apenas había paro. Actualmente aún desconocemos el calado real de la crisis, recordemos que en Canarias, debido a nuestra alta dependencia del turismo, se espera que el impacto de esta crisis sea mayor.

¿Cómo se aplica la Ingeniería Industrial en la Consejería de Transición Ecológica?
De muchas maneras. Precisamente esta Consejería involucra las áreas de energía, agua, cambio climático y medio ambiente y, en todas ellas, hay ingenieros e ingenieras industriales trabajando, porque somos imprescindibles en muchas de esas áreas y muy
necesarios en otras. Por tanto, es importante que en las administraciones públicas haya cuerpos técnicos cualificados, ya que la tecnificación en todos los campos va en aumento.
¿Cuáles son los proyectos más relevantes de esta Consejería?
Actualmente se están redactando varios planes e iniciativas legislativas autonómicas muy importantes y necesarias como la ley de cambio climático, la ley de economía circular, el plan de transición energética de Canarias o el plan integral de residuos.
¿El papel de la mujer está bien representado en la profesión?
En cuanto a calidad, por supuesto, contamos con unas profesionales de enorme valía que son capaces de representar a la perfección a la Ingeniería y a las mujeres. Pero en cuanto a la cantidad, obviamente, no. En nuestro Colegio solo un 13% de los colegiados somos mujeres. Por eso puse especial interés en que mi junta de gobierno fuese paritaria, porque es importante que en la toma de decisiones estemos todos, aunque como es lógico lo más
importante son las personas y tengo la suerte de tener un equipo fantástico.
¿A qué cree que se debe esta baja proporción de mujeres?
Lo desconozco, aunque hay varias teorías sobre los motivos que llevan a hombres y mujeres a estudiar mayoritariamente unas carreras u otras. De todos modos, ha bajado el número de matriculaciones en carreras técnicas en general, a pesar de la elevada tecnificación y digitalización con la que han crecido nuestros jóvenes y a pesar también de tener más salidas laborales. Creo que es un problema que debemos solucionar entre todos, formando, informando y haciendo más atractivos estos estudios, porque fomentarlos hoy nos dará buenos y muy necesarios profesionales mañana.
¿En el Colegio detectan iniciativas lideradas por mujeres?
Aunque la mayoría de nuestras colegiadas trabaja por cuenta ajena, sí tenemos varios estudios de Ingeniería y consultoría dirigidos por mujeres, además de varias compañeras en puestos de responsabilidad de varias empresas relacionadas con los sectores de la
energía o las instalaciones, además de las directoras generales de energía y de industria del Gobierno de Canarias, que son también colegiadas.
¿Qué sensación le produce ser la única mujer decana en un país como España?
Decidí presentarme a decana y no he tenido problema en serlo por el hecho de ser mujer. Estoy muy a gusto en el cargo y mis colegiados no hacen ningún tipo de distinción de género. Recordemos que soy la tercera decana en la historia de la Ingeniería Industrial en España. Falta mucho camino, pero vamos haciéndolo poco a poco. Hay muchas compañeras en las juntas de gobierno y espero que cada vez más se animen a dar el paso al decanato.
¿Cómo vislumbra el futuro?
Estoy convencida de que, poco a poco, se elevará el porcentaje de mujeres que deciden estudiar Ingeniería y de que nuestra participación será cada vez mayor en todas las áreas. El techo de cristal en determinados ámbitos existe y hay que tomar medidas para eliminarlo, pero independientemente de ello, es cuestión de tiempo que cada vez más ingenieras industriales sean más visibles y ejerzan más influencia. Estoy convencida de ello.
El talento y el ingenio no tienen género







María Cristina Ramiro González
¿Cuáles fueron sus primeros pasos en la Ingeniería Industrial?
Empecé como becaria en el Instituto Andaluz de Tecnología. Una vez terminé la carrera, primero fue una instaladora, y después cambié a las instalaciones de electrificación ferroviaria como Project Manager. Allí estuve nueve años, donde se consolidó gran parte de mi perfil profesional.
¿El reto más complicado al que se ha enfrentado en sus años de experiencia?
Ha habido varios, como la electrificación del Metro de Málaga, del que me siento muy orgullosa. Mencionaría también el de tomar la decisión de cambiar de sector a la Supply Chain rondando los cuarenta años, tras volver de trabajar en el extranjero y tras un ERE. Pude comprobar que hay puertas del mercado laboral que estaban cerradas por la edad y el exceso de experiencia.
Actualmente trabaja como Operations Manager en ELECAM. ¿Cuáles cree
que son los ingredientes necesarios para poder desempeñar su puesto?
Las cualidades requeridas son actitud analítica, ser muy organizado, tenacidad, resiliencia, compromiso, autorresponsabilidad, determinación en la toma de decisiones y flexibilidad mental para abordar soluciones, sin perder de vista la eficiencia. Además, como suministradores de material eléctrico especializado, nuestro objetivo es hacer exitosa la sinergia cliente-ELECAM-proveedor, donde se requiere un background técnico y financiero, así como conocimientos en gestión de contratos y logística internacional.
¿Piensa que la Ingeniería Industrial está cada vez menos masculinizada?
Cada vez hay más mujeres en comparación con las de mi promoción, aunque depende del sector. En los que he trabajado hay algunos, como es la construcción, donde ya puedes encontrar a muchas mujeres, pero casi siempre están en los mismos departamentos, no en producción como project manager. Respecto al resto de sectores en los que he estado, compras y expediting, las proporciones hombre-mujer están balanceadas.
¿Se ha encontrado en algún momento con barreras por ser mujer?
Sobre todo en los primeros años en obra. Era “la niña”, y eso conllevaba tener que esforzarme más que el resto de mis compañeros hombres para demostrar que valía igual. Era bastante frustrante y agotador, pero creo que ha cambiado, ahora no lo noto. Creo que lo mejor para demostrar la validez de una mujer son sus hechos.
¿Cómo cree que podría fomentarse la presencia de mujeres en carreras técnicas?
La ciencia, como cualquier otro campo, te tiene que gustar. Pero también influye cómo te la enseñen. Desde pequeño deben inculcarte el amor por las asignaturas técnicas usando la lógica y la capacidad deductiva, no memorizando procedimientos. Por otro lado, se podría fomentar favoreciendo la conciliación familiar en los trabajos.
¿Qué les diría a los pre-universitarias para que se animaran a dedicarse a profesiones como la suya?
Si te apasiona la ciencia, es la carrera científico-tecnológica más completa, por la variedad de materias y la versatilidad laboral que ofrece. Los ingenieros siempre tendrán un papel en la historia, por todos los servicios que ofrecen a la sociedad.
¿Tiene a alguien que le haya servido de referente para llegar a lo que es hoy?
Pues si te soy sincera, no. De mi familia he sido la primera en estudiar Ingeniería. Fui bastante práctica a la hora de la elección, siempre me gustaron las ciencias, especialmente las matemáticas, pero en mi época no era una carrera con muchas salidas, así que me decanté por la que podía ofrecerme más oportunidades laborales.
Nieves Romero Gari
¿Podría detallar sus comienzos en la Ingeniería Industrial?
Mis inicios se remontan al año 1999. Pocos meses después de entregar el Proyecto Fin de Carrera (PFC) empecé a trabajar en una empresa ubicada en Valencia que se dedicaba a la promoción y construcción de edificación industrial y terciaria.
En esta etapa tuve la oportunidad de desarrollar proyectos para todo tipo de empresas, desde pymes a multinacionales, que desarrollaban su actividad en sectores muy diferentes y que requerían soluciones distintas y personalizadas.
¿Qué hito de su carrera laboral destacaría?
En términos generales, no destacaría un proyecto concreto sobre los demás. Visto con perspectiva diría que para mí ha sido y sigue siendo muy importante disfrutar con el trabajo que hago.
Esto requiere compromiso, mejora, transformación y adaptación a las circunstancias para superar con éxito los retos que se van planteando.
¿Qué es lo que más valora de su trabajo?
La posibilidad de estar en contacto con equipos y personas que trabajan por un objetivo común, que consiguen poner en marcha soluciones que resuelven problemas, productos
que no existían hasta ese momento.
Cada caso es diferente. Sin embargo, existe una metodología, una forma de trabajo y preceptos comunes que permiten una gestión coherente, lo que hace que se logren los retos planteados.
¿Qué siente al ser la primera mujer presidenta provincial del COIICV?
Siento responsabilidad por lo que implica representar a todos los ingenieros e ingenieras. El
hecho de que yo sea una mujer a día de hoy ya es indiferente. Creo que está superado y, por tanto, lo que hay que juzgar son los hechos, no las circunstancias.
¿Piensa que cada vez es más fácil encontrar mujeres en puestos de responsabilidad?
Afortunadamente, cada vez encontramos a más mujeres en puestos de responsabilidad. Lo que hace años era una apuesta, hoy se ha normalizado y, en términos generales, no es razonable que el género sea un factor a tener en cuenta a la hora de promocionar a un miembro de una compañía. Aquella que lo haga de esa manera se equivoca. Sin embargo, en las ingenierías es más difícil porque, en cifras totales, somos menos en el sector.
¿Ha notado una incorporación notable de mujeres a la Ingeniería Industrial desde sus primeros pasos?
Sin duda, aunque aún sea baja respecto a lo que por lógica debería ser. La incorporación de
mujeres al ámbito de la Ingeniería no está al nivel de hace 20 años, es muy superior.
Por aquel entonces, encontrar a una mujer ingeniera era una anécdota, así que la diferencia más notable que yo he percibido es la normalización de la situación.
¿Se ha encontrado en algún momento con barreras simplemente por ser mujer?
Naturalmente. Sin embargo, mi impresión es que no ha sido demasiado difícil. Pienso que en determinadas situaciones el hecho de ser una mujer fue una limitación, pero no lo suficiente para que impidiera mi desarrollo.
Victoria Azancot Amador: “El trabajo de las mujeres debe verse reflejado también en asumir responsabilidades en los cargos de dirección”
En el año 2010, Victoria Azancot recibió el título de Ingeniera Industrial tras superar sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Sevilla. Apenas dos años más tarde, esta vez en la Universidad Autónoma de Madrid, cursó un posgrado en Ciencias Económicas, que le permitió completar su formación y especializarse dentro del sector. Durante más de dos años fue directora técnica de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) y, desde marzo de 2019, trabaja como directora corporativa, project development y
permitting en Prodiel.
¿Cuál es su función en Prodiel?
Desde el área de Project Development y Permitting nos encargamos de la gestión de los proyectos para la obtención de todos los permisos, licencias y autorizaciones necesarias para que, de esta manera, nuestros compañeros del equipo de operaciones puedan iniciar
la construcción de nuestros parques solares fotovoltaicos.
Entre mis principales funciones están las de liderar y coordinar al equipo, así como detectar las nuevas oportunidades de promoción. Además, también participo en las transacciones para la adquisición y venta de proyectos en fase de promoción. Actualmente, más del 80% del portfolio lo tenemos en España gracias a la buena situación en la que se encuentra el mercado.
¿Cuáles son las claves del crecimiento de la empresa?
El esfuerzo, la ilusión y la pasión por lo que hacemos. También, obviamente, teniendo al mejor equipo humano. Estos tres valores se llevan en el ADN de la compañía. El nivel de trabajo es muy exigente, pero el ambiente es positivo y muy motivador, lo que hace que
demos lo máximo de nosotros en cada momento, lo cual siempre es sinónimo de éxito. En lo que se refiere al negocio, desde 2008 nos especializamos en las energías renovables, siendo pioneros en la construcción de plantas fotovoltaicas. Desde 2013, con las primeras
construcciones fotovoltaicas mundiales a gran escala que hicimos en Chile, nos convertimos en un referente del mercado internacional.
¿Cómo definiría al sector energético actual?
Creo que el sector energético está en plena transición y a punto de afrontar grandes cambios estructurales. Si lo miramos con un poco de perspectiva, hace 15 años hablábamos de las energías renovables como esos nuevos agentes del mercado con una participación casi testimonial, precios altos y sin conocimiento de cómo se iban a integrar
con el resto de tecnologías. Ahora, sin embargo, ya no hablamos de nuevas tecnologías, sino de generadores con una tecnología consolidada, solvente y competitiva que ha sabido integrarse perfectamente en la operación de la red y responder a los nuevos retos.
¿A qué se debe la desigualdad en el ámbito de la Ingeniería Industrial?
Creo que falta pedagogía desde la Educación Primaria en las capacidades de hombres y mujeres para desarrollar papeles de diversa índole a nivel laboral en nuestra sociedad. No me gusta creer que hombres y mujeres estamos más capacitados para llevar a cabo según
qué roles.
Creo que las habilidades van con la persona y la personalidad con la educación recibida y estos deben ser los factores que marquen la elección de una carrera universitaria u otra.
¿Está bien representado el papel de la mujer en la Ingeniería Industrial?
Poniendo como ejemplo conferencias, eventos y coloquios, seguimos viendo que en ellos apenas estamos representadas y creo que esto se debe fundamentalmente a dos motivos. El primero es que en multitud de ocasiones se da visibilidad, una y otra vez, a las mismas personas, que nos hacen perder la oportunidad de escuchar nuevas voces y ver qué tienen que decir las mujeres que ya hoy en día ocupan puestos de responsabilidad en el sector.
El segundo es que a estos eventos suelen traer como invitados a cargos de dirección que están, en su mayoría, ocupados por hombres.
Estoy convencida de que en los próximos años esa proporción se igualará, ya que cada vez somos más mujeres en el sector, cuyo trabajo debe verse reflejado también en la asunción
de responsabilidades en los cargos de dirección de las empresas.

¿Se mantiene esa tendencia en su campo?
Cada vez somos más las mujeres que, entre otros ámbitos de la Ingeniería, nos dedicamos al sector energético y, en concreto, al mundo de las energías renovables. Entiendo que es un terreno que ha resultado atractivo para las mujeres a pesar de que nace del mundo de la construcción, eminentemente masculino, por el incentivo de una tecnología sostenible y renovable.
En Prodiel creo que estamos bien representadas, sobre todo en departamentos como el de promoción, Ingeniería o administración y finanzas. Sin lugar a dudas queda la asignatura pendiente de la construcción, pero llegará con la incorporación de cada vez más mujeres con esos perfiles.
En Andalucía, durante 2019, se instalaron más placas fotovoltaicas que en los últimos 20 años. ¿Por qué este aumento?
En España y Andalucía se está viviendo una primavera del sector solar fotovoltaico, motivado por las metas que marcaron las subastas de 2017 para el cumplimiento de objetivos de energía renovable en el programa europeo Horizonte 2020. Andalucía, además, cuenta con una alta disponibilidad de horas de sol anuales, con altos niveles de radiación, y la disposición de grandes extensiones de terreno que hacen posible la viabilidad técnica de los proyectos.
En suma, se han superado las incertidumbres jurídicas que rodeaban al sector después de la moratoria de 2012 y se ha corroborado que España cumple con las condiciones esenciales para inversiones atractivas tanto para las ‘utilities’ como para los grandes fondos de inversión.
¿Cree que se están dando las circunstancias oportunas para que la generación energética se produzca de forma limpia?
Por supuesto, y, además, no puede ser de otra manera. La electrificación del consumo y la generación de energía eléctrica solo pueden ir acompañadas de una transformación que respete el medio ambiente y reduzca las emisiones a la atmósfera. Para ello, las energías
renovables y, particularmente, la solar fotovoltaica por su competitividad y bajo impacto, son el motor del cambio hacia este modelo.
Arancha Martínez Navarro: “El sector de las energías renovables cuenta con un 32% de trabajadoras”
Además de ser la presidenta de la asociación más importante del sector fotovoltaico español, Arancha Martínez ocupa actualmente el cargo de Head of Corporate PD and New Markets en la empresa española X-ELIO. Estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid, concretamente la especialidad en energías renovables y eficiencia energética, y acumula más de doce años de experiencia en la utilización y aplicación de la energía solar.
¿Cómo se siente tras su nombramiento como presidenta de la UNEF?
Para mí es un honor asumir el liderazgo de la asociación de referencia del sector fotovoltaico español, un campo estratégico en la lucha contra el cambio climático que, además, puede desempeñar un papel central en la recuperación económica de nuestro país, creando puestos de trabajo cualificados y generando riqueza.
¿Cuáles son sus funciones principales en este cargo?
Desempeño funciones tales como trabajar en colaboración con la Junta Directiva, definiendo la estrategia de la asociación, respetando el Plan General de Actuación y tomando las acciones necesarias para el cumplimiento de los objetivos establecidos. También convoco las sesiones que celebre la Asamblea General y la Junta Directiva; y represento legalmente a la asociación ante los medios de comunicación, autoridades y organismos públicos o privados.
¿Cómo fue la gestión de Jorge Barredo, anterior presidente?
Jorge Barredo es un líder nato, como ha demostrado a lo largo de estos años, que ha permitido mantener el sector unido ante los numerosos retos a los que se ha enfrentado. Actualmente el mercado fotovoltaico en España y a nivel mundial es muy diferente a cuando Jorge empezó con la presidencia de UNEF. Quiero aprovechar la ocasión para agradecerle una vez más su compromiso, profesionalidad y, por supuesto, su dedicación.
Desde la fundación de la asociación han conseguido la participación de más de 400 empresas del sector. ¿Cuáles son las claves de ese crecimiento?
Tienen que ver con los principios de democracia, participación y transparencia que se siguen en UNEF, tanto en la definición de la estrategia como en la toma de decisiones. Todas las empresas del sector fotovoltaico, independientemente de su tamaño y su actividad, tienen las mismas posibilidades de participar. La labor de UNEF ha sido fundamental a lo largo de estos años para conseguir resultados clave en este terreno, como son la definición de un marco normativo liberalizado para el autoconsumo y la construcción de una imagen positiva de la fotovoltaica como tecnología barata y limpia, que contribuye
a la lucha contra el cambio climático y también genera empleo.
En alguna ocasión le hemos visto elogiar la gestión de José Donoso, director general de UNEF. ¿Hay buena sintonía entre los órganos directivos?
José es el alma de la asociación, con un nivel de profesionalidad y de saber hacer incuestionable. Es un honor para mí estar compartiendo esta aventura con él; hay total sintonía y confianza. Las actuaciones de nuestra asociación se basan en el consenso de nuestra Junta Directiva.

¿Cree que el papel de la mujer está bien representado en la Ingeniería Industrial?
No, no está bien representado, ya que estamos en minoría. También creo que en la Ingeniería Industrial las mujeres tendrían que tener más visibilidad, ya que hay muchas que cuentan con un extenso conocimiento y una importante trayectoria profesional cuya
aportación es muy importante.
¿En su sector se mantiene esa tendencia?
Según datos de IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables), el terreno de las energías renovables cuenta con un 32% de trabajadoras femeninas. Comparado con el sector de generación eléctrica con combustibles fósiles, donde el 22% de los trabajadores
son mujeres, el dato es esperanzador, aunque nuestra industria es relativamente nueva y debemos aspirar a un porcentaje mayor. En el sector de la energía existen muchas mujeres
con una dilatada experiencia cuyas aportaciones son clave, por lo que es muy importante fomentar su participación en los foros de debate y en la toma de decisiones estratégicas para garantizar un mejor aprovechamiento de ese potencial. Del equipo de nuestra asociación, formado por 11 personas, 8 son mujeres.
¿Se están dando las circunstancias oportunas para que la producción energética avance hacia un modelo limpio?
La crisis económica causada por la COVID-19 no puede poner en segundo plano la otra crisis que estamos viviendo, la climática, cuyos efectos seguirán estando ahí. La transición energética y el despliegue de las energías renovables deberían estar en el centro de la estrategia a tomar para salir de la crisis. El sector fotovoltaico está preparado para contribuir a la transición energética y a la recuperación económica de nuestro país, tanto a través de la construcción de grandes plantas fotovoltaicas en suelo, como mediante la
instalación de proyectos de autoconsumo que permiten que los ciudadanos, las empresas y la Administración Pública ahorren en su gasto energético a la vez que contribuyen a la lucha contra el cambio climático.
¿Qué medidas adoptaría para que el uso de energías limpias aumente?
Una de las principales medidas a implementar para impulsar el despliegue del autoconsumo fotovoltaico, así como la adopción de reglas de eficiencia energética y el uso del vehículo
eléctrico, es reformar el diseño de la tarifa eléctrica siguiendo el principio de “pagar por lo que se consume” y reduciendo el peso del término de potencia (o término fijo), es decir, el que se paga independientemente del consumo de energía. Actualmente España cuenta
con el término fijo más alto de Europa (40%), cuando la media comunitaria es del 22%, lo que supone una barrera al avance de la transición energética.
Algunas medidas claves que hay que adoptar son dotar al sector renovable de seguridad jurídica, requisito imprescindible para atraer las inversiones y poner en marcha proyectos
fotovoltaicos; aprobar la normativa de Acceso y Conexión para los proyectos fotovoltaicos y renovables, para que se pueda eliminar la especulación; y agilizar la tramitación administrativa de los proyectos.
Pilar Molinero García: “Las mujeres aportamos una óptica diferente, innovadora y que enriquece la gestión empresarial”
En 1983, Pilar Molinero García recibió el título de Ingeniera Superior Industrial, en la especialidad de eléctrica y electrónica, por la Universidad de Zaragoza. En ese momento comenzó a trabajar en Fabersanitas, la multinacional dedicada a la fabricación de artículos médicos de un solo uso, ejerciendo como ingeniera de proyectos. A mediados de los noventa la empresa se vio obligada a cerrar a causa de la crisis económica, por lo que Molinero tomó la decisión de preparar la oposición al cuerpo de ingenieros superiores de la
Comunidad Autónoma de Aragón. Desde entonces ha trabajado siempre en el Gobierno de Aragón, donde ostenta actualmente el cargo de directora gerente del Instituto Aragonés de Fomento.
¿Qué le hizo decantarse por la Ingeniería Industrial?
En mi caso, quería estudiar una carrera que me permitiera trabajar en empresas industriales, tanto en gestión técnica como empresarial.
Lleva solo unos meses al frente del IAF. ¿Le ha sido complicado adaptarse?
Me ha resultado muy fácil. En el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) hay un estupendo equipo técnico, muy profesional y con amplia experiencia. Además, ya había trabajado con la mayoría de ellos desde otros destinos llevados a cabo en el Gobierno de Aragón.
¿Cuáles son los objetivos que se ha propuesto alcanzar como directora gerente?
Mis objetivos son los propios del IAF. Trabajamos para promover y recibir iniciativas y actividades empresariales. Así pues, contribuimos al desarrollo equilibrado e integral de la
Comunidad Autónoma de Aragón, generando actividad económica y empleo.
¿Cómo pueden ayudar las entidades públicas como el IAF al desarrollo de las empresas?
El Instituto Aragonés de Fomento es una Agencia de Desarrollo Regional. Estamos a disposición de todas las empresas de Aragón para apoyarles desde su inicio, en el área de emprendedores; en su desarrollo, con el área de empresas; y en su crecimiento, a través del área de promoción económica.
En la medida de nuestras posibilidades, el área de infraestructuras impulsa las que tenemos en Aragón para facilitar las entradas y salidas al mercado. La de innovación apoya a las empresas en la incorporación de las nuevas tecnologías, tendencias y demandas de la sociedad actual. Por último, en el área de proyectos europeos promovemos la participación de empresas y otras entidades aragonesas en proyectos de ámbito internacional.
¿Cuál fue el momento más complicado de su carrera?
En la crisis económica de los años noventa. La empresa en la que trabajaba cerró y, con once años de experiencia profesional, aunque tuve otras ofertas de trabajo interesantes, eran fuera del lugar de residencia de mi familia. La decisión que tomé marcó un punto de inflexión en mi carrera, me preparé la oposición al cuerpo de ingenieros superiores de la Comunidad Autónoma de Aragón y las aprobé. Desde entonces, trabajo en el Gobierno de Aragón.

¿Nota que hay más presencia femenina en profesiones como la suya?
Sin duda, y también que cada día hay más mujeres ingenieras en puestos de alta dirección. Las mujeres aportamos en la empresa y en los equipos directivos una óptica diferente, que
resulta innovadora y que, por tanto, enriquece la gestión empresarial.
¿De qué forma cree que podría incentivarse el interés de las estudiantes por la Ingeniería?
Creo que el interés existe. Se trata más bien de un aspecto social y de los roles que tradicionalmente se han asignado como propios de la mujer. Poco a poco se van eliminando las diferencias sociales para dejarlas solo en el plano biológico. Es cuestión de cultura y educar sin discriminar a las personas por su género o condición.
¿Está bien representado el papel de la mujer en la Ingeniería Industrial?
Lo que opino es que las ingenieras representamos bien la profesión, como también lo hacen los colegas ingenieros. En pleno siglo XXI, en el que las empresas encuentran un mercado globalizado y muy competitivo, la sociedad tiene la oportunidad de aprovechar también el 51% del talento humano, que es el femenino.
¿Es la igualdad un tema ya resuelto en esta profesión?
No. Ni en esta profesión ni en diversos ámbitos sociales ni, por supuesto, en algunas culturas.
En España, aunque se ha avanzado mucho, todavía no está equiparada la baja maternal a la paternal. Este ha sido, según mi experiencia particular, el único motivo de discriminación con el que me he encontrado a la hora de ascender al comienzo de mi carrera profesional. Personalmente, tengo que agradecer a mi familia el apoyo que cada día me brinda para poder compaginar la vida particular y la profesional.
La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación de Cantabria
La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación de Cantabria tiene su origen en 1902, cuando se puso en marcha bajo el nombre de Escuela Superior de Industrias, que dependía directamente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Después de cambiar su denominación en varias ocasiones, así como de organismo al que pertenecía, en 1994 recibió su nombre actual, formando parte de la Universidad de Cantabria desde 1973, entonces como Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial.
Esta Escuela se encuentra localizada en el Campus de las Llamas de la Universidad de Cantabria, en Santander, y dispone de unas amplias instalaciones que le permiten acoger hasta un máximo de 1710 puestos en aula, 171 de ordenador y 210 de biblioteca. La construcción del edificio en el que se sitúa la actual ETS de Ingenieros Industriales y Telecomunicación (ETSIIT) se puso en marcha en 1991, cuando se colocó la primera piedra.
Sin embargo, no fue hasta el 9 de mayo de 1995 cuando tuvo lugar su inauguración, llevada a cabo por el entonces ministro de Educación y Ciencia, Gustavo Suárez Pertierra. Es decir, este mismo año 2020 se cumplen 25 años desde el inicio de su actividad.
OFERTA ACADÉMICA Desde el curso 2010/2011, los grados que se imparten en la Escuela tienen carácter oficial, al cumplir con los requisitos del Real Decreto 1393/2007 de ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales en España. En total, son seis los estudios de grado ofrecidos, los cuales cumplen las exigencias para el ejercicio de la profesión de ingeniero técnico industrial o de telecomunicación, según el caso, a excepción del Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales, que no incorpora las atribuciones de ingeniero técnico.
En cuanto a los másteres, son cinco los ofertados, entre los que destaca el Máster Universitario en Ingeniería Industrial, ya que es la continuación de los estudios de Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales, que permite el desarrollo del trabajo regulado de ingeniero industrial. Además, este título es el primero de la ETSIIT que obtuvo, en noviembre de 2018, el sello internacional de Calidad EUR-ACE de Ingeniería.
Amplias instalaciones que permiten acoger 1710 puestos en aula, 171 de ordenador y 210 de biblioteca
PROYECCIÓN INTERNACIONAL Tanto desde la Escuela Técnica Superior como desde la Universidad de Cantabria, en la que se incluye, se sitúa el uso del inglés como marco base para la internacionalización de sus estudios. Desde la propia ETSIIT, se presenta la capacitación lingüística en lengua inglesa como apuesta estratégica. Para conseguir su objetivo, han adoptado dos medidas básicas, incorporadas en el plan de estudios, consistentes en la inclusión de una asignatura básica de inglés en todos los títulos de grado y la exigencia, como requisito obligatorio para la presentación del Trabajo de Fin de Grado, de acreditar la adquisición de un nivel mínimo de inglés.
Otro de los ejes se encuentra en la Oficina de Relaciones Internacionales (ORI) de la que disponen, que se encarga de coordinar los programas de movilidad europeos e internacionales. Por tanto, al de movilidad dentro del marco de las universidades nacionales (SICUE), se unen los de Erasmus+ y los convenios bilaterales de intercambio de estudiantes.
COMISIÓN DE CALIDAD
Para garantizar y mejorar la calidad de los estudios ofrecidos en la ETSIIT se aprobó, en el año 2015, el Manual del Sistema de Garantía Interno de Calidad de la propia Escuela, puesto en marcha por la Comisión de Calidad del centro. Su principal objetivo es certificar una formación centrada en la excelencia y en la internacionalización, facilitando la inserción laboral de los titulados de una manera acorde con las necesidades de cada uno.Los estudios impartidos tienen como objetivo la consecución de un puesto de trabajo en el menor tiempo posiblePor ese motivo, los estudios que se imparten tienen una orientación preferentemente práctica, centrados en el objetivo de la consecución de un puesto de trabajo en el menor tiempo posible una vez obtenido el título. Por ello, la formación aplicada en trabajos de laboratorio se lleva a cabo en grupos reducidos, para favorecer la adquisición de los contenidos, que va acompañada de un seguimiento del alumno a lo largo de todo el curso académico. Una vez finalizada esa etapa, el seguimiento a los egresados continúa para recopilar la información necesaria y determinar, en caso de ser necesario, las mejoras a implantar en el periodo formativo. EGRESADOS POR EL MUNDO Con motivo de la celebración del 25 aniversario desde la puesta en marcha de los estudios relacionados con las telecomunicaciones en la Universidad de Cantabria y, en concreto, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación, desde la institución se puso en marcha un mapa interactivo en el que aparecen, situados por localización, el nombre, el cargo y la empresa en la que actualmente están trabajando los egresados que han participado en la iniciativa. Con ello se pretende que los estudiantes conozcan las posibilidades laborales a las que podrán acceder una vez hayan superado sus estudios.

ONGAWA, Ingeniería para el Desarrollo Humano

Ingeniería para todos
Miguel Iriberri Vega, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales
La industria que necesitamos



