El sector automovilístico

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La historia del automóvil es una carrera constante hacia la innovación. En un primer momento el uso del coche particular estaba restringido a unos pocos, pero gracias al desarrollo industrial y las innovaciones se pudo democratizar su uso hacia un amplio abanico de usuarios. Hoy en día el sector de la Automoción es uno de los más importantes de España.

Los inicios del vehículo automotriz surgen en el siglo XVIII. Y es que en 1769, un ingeniero militar, Nicholas-Joseph Cugnot, ideó el ‘Fardier à vapeur’, un prototipo de coche que funcionaba gracias a una caldera de vapor, similar a las locomotoras. Aunque su modelo fue bastante rudimentario, quedaría señalado como el precursor del vehículo automotriz. Casi un siglo después, en 1860, el ingeniero belga Jean Joseph Etienne Lenoir produce el primer modelo de coche por combustión interna a dos tiempos y, en 1863, perfila junto con Nicolaus Otto otro de cuatro tiempos. Este automóvil estaba alimentado por combustión de gas de carbón.

El siguiente paso en la mejora del automóvil tiene lugar pocos años más tarde. En 1870, Siegfried Manuel Marcus idea el motor de gasolina. Aunque este modelo no estaba diseñado como utilitario, ya que carecía de volantes, frenos y asiento, sentó las bases para que en 1886 Karl Benz, ingeniero alemán, patentara su motor de gasolina, el ‘Patent-Motorwagen’.

Benz crea al fin un automóvil con un motor de gasolina de cuatro tiempos adaptado para el uso privado. Es en este punto cuando comienza una industria automovilística importante, con la producción del Benz Victoria en 1893, y el Benz Velo, en 1895. Ya en el siglo XX Benz y Daimler fundan la compañía Daimler-Benz, origen de la conocida casa Mercedes Benz. De forma paralela a ella surgen las compañías automovilísticas más destacadas de todo el mundo como Renault, Citroën, Peugeot, Fiat o Nissan.

MODELOS DE FABRICACIÓN EN LÍNEA

Si hay un factor que cambió la industria del automóvil no fue solo el diseño de los vehículos. Los modelos de producción en línea favorecieron una democratización del uso de este transporte hasta convertirlo en un fuerte exponente del crecimiento económico.

La primera etapa conocida al respecto es el ‘fordismo’. Henry Ford, inventor estadounidense y dueño de la compañía Ford Motor Company, introdujo a principios del siglo XX un modelo de fabricación en línea de su coche más conocido, el ‘Ford T’. Este proceso de producción permitía reducir tiempo y costes, ya que el vehículo se fabricaba en una cadena de montaje con trabajadores segmentados y dividido en escalas, lo que permitía sacar al mercado una gran flota de vehículos baratos que mejoraron el poder adquisitivo de los trabajadores y la clase media.

Más tarde, a principios de 1970, surgió en Japón el ‘toyotismo’, dando un giro al sistema de Ford. Este modelo de producción ideado por Taiichi Ohno, ingeniero industrial de Toyota, partía del principio ‘jit’ (‘just in time’) que fabricaba solo bajo demanda. Con ello, se eliminaba la mecanización, se flexibilizaba la producción, se ahorraban costes y no se creaba ‘stock’. En Japón el toyotismo fue un impulso económico tan grande que hizo progresar al país hasta convertirse en uno de los más desarrollados del mundo.

UN SECTOR DESTACADO EN ESPAÑA

España es el octavo fabricante de automóviles del mundo, según la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos a Motor (OICA, por sus siglas en inglés). Esta actividad genera el 8,6% del Producto Interior Bruto de España (PIB) y aporta 26.600 millones de euros a las arcas públicas, como indica el Informe Anual de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), presentado el pasado mes de junio.

Sin duda, la Ingeniería Industrial ha sido clave a la hora de generar una actividad tan destacada para la economía española. Sin embargo, el origen de esta producción es reciente y se originó en una época convulsa a nivel político. Antes de ello cabe nombrar a sus antecesores: el ingeniero industrial de origen catalán, Francesc Bonet Dalmau, con su primer modelo de automóvil, un triciclo de combustión interna llamado ‘Bonet’, y la marca ‘La Cuadra’, fundada en Barcelona por el militar y empresario Emilio de la Cuadra Albiol.

Aunque la producción de La Cuadra no pudo ser el hito que esperaba, hizo que en 1904 surgiera la empresa Hispano-Suiza de Automóviles, que experimentaría un aumento notorio de su capacidad de creación de automóviles. Tanto es así que en 1946 el gobierno franquista le insta a vender su sección de automóviles al Instituto Nacional de Industria (INI) para nacionalizarlo y hacerse con su control. Nace de esta forma ENASA, Empresa Nacional de Autocamiones, dedicada la fabricación de vehículos industriales y a la producción de los autocares deportivos Pegaso, cuya primera referencia ve la luz en 1951.

SEAT 600, ICONO DE UNA ÉPOCA

Otro de los nacimientos importantes para la industria automotriz española es la fundación de SEAT (Sociedad Española de Automóviles de Turismo), creada en el año 1950 por el INI. Con ello el régimen franquista abrazaría el sueño de un ‘campeón nacional’, crear un coche propio. Mediante el Plan de Desarrollo ve la luz el Seat 600, bajo la licencia de Fiat. Este se convertirá por muchos años en el coche preferido de los españoles desde su primer ejemplar presentado en 1957. En esa misma década se fundan las fábricas de FASA Renault y Citroën. Cerca de los años 60 había en España una tasa de un turismo por cada cien habitantes. Años más tarde surgiría el modelo Simca, junto a la marca de autocares eléctricos y de explosión del empresario industrial Eduardo Barreiros, Barrieros Diesel.

Sin embargo, en esta época no hubo una liberalización del mercado y España aún no exportaba automóviles en una cantidad ingente. Fue en 1973, con la firma de los ‘decretos Ford’ entre la americana Ford Motor Company y el Ministerio de Industria español cuando se permite a la firma americana fabricar coches en España, en la planta de Almussafes (Valencia), puesta en funcionamiento en 1976. Esta fecha es importante ya que con ella se abre el mercado español hacia la importación de marcas y a la fabricación en suelo nacional de firmas extranjeras.

En este contexto, la firma de España para su adhesión a la Comunidad Económica Europea en 1986, la anterior liberalización de los precios de los vehículos y la llegada de inversores externos, atraídos por la competitividad y los bajos precios de fabricación de España, permitieron la expansión de la industria automovilística.

A pesar de las sucesivas crisis del ámbito automotriz, tanto en España (1993) como en la propia crisis mundial dentro del marco 2008-2010, este sector ha repuntado en los últimos años en nuestro país. La Estrategia Integral para el Impulso del Vehículo Eléctrico 2010-2014 y los distintos incentivos para motivar un parque automovilístico renovado en España auguran datos positivos, como los de ANFAC, que prevé que en 2017 España llegará a superar los 3 millones de vehículos producidos.