¿Cómo fueron sus inicios en la Ingeniería?
Todo fue muy rápido. Acabé un 21 de enero y el 10 de febrero tenía tres ofertas de trabajo sobre la mesa, todas muy distintas. En aquel momento creí que iba a tomar la decisión de mi vida y me decanté por la consultoría tecnológica. Pero aquello no me gustaba. La Ingeniería industrial me permitió reenfocar mi carrera rápidamente y ahora me dedico a la seguridad industrial.
¿Cómo definiría su crecimiento profesional hasta el día de hoy?
La Ingeniería Industrial es una profesión muy agradecida en la que enseguida se ven los resultados. Las primeras experiencias fueron duras, asumiendo tareas poco gratificantes, pero una vez adquirida una mínima experiencia, las responsabilidades van creciendo exponencialmente.
¿Dónde se ve trabajando en los próximos 10 años?
Echo de menos la experiencia internacional, por lo que a medio plazo sería un privilegio que la empresa en la que trabajo me incluyera en alguno de los proyectos internacionales que llevan a cabo.
¿Está desarrollando algún proyecto actualmente?
El pasado mes de diciembre fui elegido Delegado en Ferrol del Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia. Para mi es ver una ilusión cumplida, pero sobre todo es algo que afronto con mucha responsabilidad. Estoy convencido de que la profesión ha sufrido un ataque en los últimos años. De ahí que haya decidido dedicar parte de mi tiempo a defenderla.
